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Reportaje:

Los hospitales se reinventan

¿Cómo será el cambio que necesita todo el sistema sanitario para sobrevivir?

¿Cómo será el hospital del futuro? ¿Qué papel desempeñarán las nuevas tecnologías? ¿Qué cualidades y competencias deben tener los profesionales de la salud de dentro de 10 o 15 años? ¿Cómo se dará respuesta a una población envejecida, con más enfermos crónicos? Sobre estos y otros aspectos discuten, desde hace tiempo, siete gerentes de algunos de los hospitales más importantes de España, en el blog Yo quiero seguir siendo jefe. En él reflexionan sobre el devenir del Sistema Nacional de Salud (SNS) y el incierto futuro de una organización sanitaria que gasta el 8,5% del PIB estatal, mientras vive enredada en 17 sistemas de salud autonómicos, con un presupuesto global que ronda los 50.000 millones de euros por ejercicio, y un crecimiento anual en torno al 9% que dificulta su sostenibilidad. El Sistema Nacional de Salud (SNS) puede morir de éxito, dicen algunos de sus gestores más reconocidos. Los usuarios sólo piden que siga creciendo y ofreciendo más y más prestaciones gratuitas. Pero "no se plantean que éste pueda llegar a tener límites; tampoco ningún tipo de corresponsabilidad, algo que algunos consideramos ya necesario abordar si queremos mantener el sistema de prestación universal que tenemos", resume Joseba Barroeta, gerente del complejo hospitalario Virgen del Rocío de Sevilla. Cada vez parece más claro que para conseguir un sistema con más servicios y, al mismo tiempo, más eficiente, se van a tener que aprovechar al máximo las nuevas tecnologías. Barroeta sugiere cambios aún más profundos: "Quizá haya que deconstruir el armazón que tenemos para construirlo de nuevo". Otros apuntan directamente a que el usuario debe empezar a ver a la sanidad con otros ojos. "Los ciudadanos deben modificar la percepción que tienen de un sistema sanitario heredado, con la rémora del viejo concepto de que hay que darlo todo y, además, gratis y sin pedir nada a cambio", explica Mikel Álvarez, gerente del hospital de Cruces de Bilbao. Todas las fuentes consultadas coinciden, sin embargo, en que los profesionales deberán cambiar su forma de trabajar. "Los médicos van a ser quienes experimenten una transformación más profunda. Dejarán de ser el centro del sistema sanitario para cederle ese puesto al paciente. Eso implicará una organización más horizontal y acciones consensuadas. El trabajo lo harán con ayuda de la red telemática e intercambiando conocimientos. En la práctica, las decisiones se tomarán por consenso", argumenta Jesús Caramés, gerente del Centro Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). "Hoy estamos generando expectativas de vida y confort que no responden a la realidad", añade, desde Valencia, Melchor Hoyos, gerente del Hospital La Fe. Y explica: "No podemos, por ejemplo, someternos a la presión de ciertas organizaciones de enfermos o de profesionales que reclaman terapias o tecnologías que son muy costosas, cuando necesitamos esos recursos para mantener el nivel de prestaciones diario o para abordar patologías con mayor implantación social". Y añade: "En algún momento habrá que ponerle límite a esto". Historia clínica digital

El hospital del futuro estará donde se encuentre el paciente. Por ejemplo, si el usuario va de vacaciones a cualquier lugar y acude al médico local, este podrá recuperar su historia clínica digital, y conocer todos los detalles sobre su salud. En definitiva, todo el entramado asistencial, desde el consultorio de un pueblo hasta el gran hospital, estará conectado por una potente red que va a permitir a los profesionales, de forma instantánea, intercambiar información y acceder a la historia clínica del paciente. Son ejemplos que ilustran el postulado del que parten, casi siempre, todos aquellos que hablan de reformar la sanidad española. En el aspecto organizativo, el sistema sanitario que viene funcionará como una red de verdad; con un hospital de referencia dotado de los recursos tecnológicos más avanzados, con los profesionales más cualificados, y dispuesto a atender las patologías y procesos quirúrgicos más complejos. También tendrá menos camas de agudos pero más de críticos, y las habitaciones, individuales, estarán equipadas con los últimos avances tecnológicos. Los hospitales comarcales o los centros de alta resolución de especialidades (CARE), que darán respuesta en torno al 75% de la demanda, tendrán un papel determinante en esa red. Y la atención primaria podrá ejercer el papel de "primer actor" que todo el mundo le reclama si se dota de más medios tecnológicos y humanos. "Hoy tenemos claro que la gestión horizontal de conocimientos y recursos es inevitable", explica Joaquín Martínez, gerente del hospital 12 de Octubre de Madrid. El nuevo sistema deberá potenciar el trabajo en equipo. "En cualquier unidad de nuestro hospital, en la unidad de mama, por ejemplo, pueden llegar a intervenir hasta una docena de especialistas en un determinado proceso. El viejo concepto de la organización por servicios, como algo aislado, está superado", insiste Martínez. En este contexto, al médico va a exigírsele mayor formación, compromiso y responsabilidad social. Incluso se le pedirá más capacidad de gestión. Como apunta Melchor Hoyos, "en el momento en el que el médico echa una firma ya está gestionando recursos". Se prevé una organización por Unidades de Gestión Clínica. Por ejemplo, cardiología, endocrinología o gastroenterología serían unidades que autogestionarían su propio presupuesto y sus recursos. Sin embargo, se coordinarían entre ellas a la hora de tratar a un enfermo de diabetes con problemas coronarios y hepáticos. Los especialistas de cada unidad también podrán participar en actos quirúrgicos más complejos que se realicen en el hospital de referencia. "Se acabó eso del conocimiento estanco no compartido", recalca Joaquín Carmona, director de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). Carmona, que lleva más de dos décadas acumulando experiencia en la gestión sanitaria andaluza. Postula que la práctica clínica en los años venideros se basará en la evidencia científica, en el trabajo en equipo y en una formación permanente. "La evaluación de la práctica asistencial será una herramienta fundamental para mejorar los resultados clínicos, rompiendo con ello el tópico del control sobre el profesional", aclara el director de EASP. En el horizonte del sistema sanitario español se vislumbran también nuevas profesiones. "No podemos permitirnos tener un médico detrás de cada ordenador para hacer cualquier cosa", augura Jesús Caramés. "Sólo debe ocuparse de lo más complejo en el ámbito de su especialidad para poder compartirlo". Así que es probable que coticen al alza nuevas profesiones como los técnicos de óptica y oftalmología, o los que se dediquen a hacer endoscopias o ecografías, por poner sólo algunos ejemplos. También estará cotizado el cuidador con conocimientos. En general, la enfermería está llamada a ser pieza clave en la transformación sanitaria que se persigue. Porque no sólo se quiere apostar por que el médico vuelva a estar más cerca del enfermo ?"que le toque más; tocar cura", dice Álvarez?, sino que, ante el panorama que se avecina con el envejecimiento progresivo de la población, la enfermería, por fuerza, debe cobrar mucho más protagonismo. La gestora del caso será, con toda probabilidad, esa figura que todos aguardan que emerja. ¿Quién será y qué cometidos tendrá? Según Camarés, "hoy practicamos una medicina centrada en el fracaso [la aparición de la enfermedad], pero el objetivo es que sea predictiva y, más aún, preventiva. Ahora tenemos unos pacientes crónicos, por ejemplo, que van y vienen continuamente de la atención primaria al hospital sin que ello contribuya a mejorar su salud en la mayoría de los casos mientras consumen recursos. Esto, además de generar un enorme gasto al sistema desorienta al paciente, que se siente perdido y abandonado. La gestora del caso será esa enfermera especializada, responsable de una cartera determinada de pacientes, cuya misión principal consistirá en coordinar cualquier acción médica que demande el enfermo". El argumento parece acertado, pues aquí cabe recordar que en España los enfermos crónicos representan el 16,6% del total, con una proyección del 19,2% para el año 2020. El gerente del CHUS de Galicia recuerda que los mayores de 65 años consumen ya el 70% de los recursos sanitarios nacionales, además de representar el 80% de las consultas en primaria y el 60% de los ingresos hospitalarios. El 88% de ellos padece al menos una enfermedad crónica.

Actividades ambulatorias

Con este panorama, la figura del gestor o gestora de casos se antoja una propuesta acertada que vendrá a dar respuesta a la pretendida externalización masiva de la asistencia. "Una de nuestras apuestas más recientes ha sido la creación de un centro de actividades ambulatorias dentro del hospital. Desde él gestionamos toda la actividad que, produciéndose en el mismo hospital, no requiere de ingresos. Incluso hemos creado una ventanilla única para facilitar que el paciente pueda hacerse distintas pruebas en una sola mañana", explica Martínez. Y esto da pie a hablar del paciente, que, sin duda, tampoco va a ser el mismo dentro de 10 años. Será más activo, dispondrá de más información (obtenida a través de Internet, fundamentalmente), más criterio y con más independencia para pedir, por ejemplo, una segunda opinión médica o para comentar junto al médico las pautas que seguir en el tratamiento de su enfermedad. Pero también va a pedírsele ?todas las fuentes consultadas así lo reclaman? más corresponsabilidad con el sistema sanitario; y que se ocupe de sus propios cuidados, sobre todo en aspectos de salud pública y acciones preventivas. En este sentido, las asociaciones de pacientes van a jugar cada día un papel más relevante.

Algunas tendencias

-El paciente desplazará al médico del centro del sistema sanitario.

-Los futuros hospitales tendrán menos camas de agudos, pero más de críticos, y las habitaciones estarán equipadas con la última tecnología.

-Al usuario se le pedirá que se corresponsabilice del sistema; además de derechos tendrá deberes que cumplir.

-La mayoría de la cirugía será ambulatoria. El 75% se hará en centros de alta resolución y en hospitales comarcales.

-No importa dónde esté el paciente: la historia clínica digital le garantizará el acceso a los recursos y una asistencia equitativa.

-La gestión por procesos guiará el funcionamiento diario.

-Los médicos trabajarán en red y compartirán conocimientos.

-Internet y las redes tecnológicas serán el soporte del todo el sistema.

Habrá nuevas profesiones: gestora de casos, cuidador cualificado...

-El desarrollo y potenciación de la enfermería van a ser clave.

-Docencia, investigación básica y clínica irán juntas en el hospital.

-La genómica permitirá una mayor individualización del tratamiento.

-Los robots alargarán y guiarán las manos del cirujano.

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