Un implante electrónico permite a ciegos recuperar parte de la visión

La microelectrónica puede ser la solución para muchos ciegos. Un proyecto europeo subvencionado con fondos comunitarios ensaya un sistema que permite recuperar cierta visión a ciegos totales que sufren retinitis pigmentaria (94.000 personas en Europa). Una minúscula cámara de vídeo situada sobre las gafas y conectada, a través de un neuroestimulador, a electrodos que activan el nervio óptico ha permitido en ensayos preclínicos a ciegos totales distinguir letras y ver un objeto sobre la mesa y atraparlo sin dudar.

A partir de 2010, el sistema podría estar disponible para el gran público. El sistema exige la implantación de algunos dispositivos en el cuerpo, como el electrodo que se implanta tras el ojo, junto al nervio óptico, y el neuroestimulador, un pequeño aparato que debe implantarse bajo la piel. El resto del dispositivo es un procesador externo y una cámara minúscula sobre las gafas. El resultado es que las imágenes captadas por dicha cámara se transmiten hasta el nervio óptico que, estimulado por los electrodos, es capaz de "ver" lo que la cámara transmite.

"Esto es posible porque aunque el paciente no vea debido a la pérdida de las células receptivas de la retina, hay otras capas de células que están todavía operativas y pueden hacer esta función", explicó ayer en la sede de la Comisión Europea el profesor Claude Veraart, del laboratorio de Ingeniería y Rehabilitación Neuronal de la Universidad Católica de Lovaina, que lidera este proyecto.

Este proyecto, en el que participan empresas belgas y francesas, se llama OPTIVIT y trata de mejorar los resultados de un ensayo que se inició ya en 1997 y que ahora puede presentar los resultados más espectaculares, que superan a los obtenidos en ensayos similares hechos en Estados Unidos. En los ensayos europeos se ha comprobado que un paciente es capaz de ver letras correctamente en el 87% de los casos y que otro es capaz de distinguir objetos sobre una mesa, seleccionar y coger uno sin dudar.

Los problemas que presenta el sistema son la necesidad de hacer implantes subcutáneos y junto al nervio óptico, una operación que, según los investigadores, permite una rápida recuperación tras sólo dos días de hospitalización. Otro inconveniente es que el paciente necesita un periodo de entrenamiento para aprender a interpretar las sensaciones que percibe.

Veraart cree que los aparatos podrían empezar a comercializar a partir de 2010 y que cada uno de ellos podría costar ahora unos 20.000 euros que, probablemente, cubrirían los servicios sanitarios de cada país. También considera que otros ciegos, y no sólo los que sufren retinitis pigmentaria, podrían obtener buenos resultados. El equipo que investiga este sistema estima que pronto los prototipos ya terminados permitirán a los pacientes que están ensayando con ellos utilizarlos cotidianamente en su vida diaria.

El proyecto OPTIVIT forma parte de una batería de 400 proyectos de investigación europeos en tecnologías de la sociedad de la información. La comisaria europea Vivian Reding presentó ayer este proyecto exitoso entre los muchos existentes y aseguró que la Comisión está decidida a fomentarlos porque la tecnología de la información y la comunicación, dijo, ha aumentado sus inversiones de un 4% a un 8% del PIB (Producto Interior Bruto) en la última década, emplea al 6% de la fuerza laboral y sus inversiones son muy rentables: cada euro invertido ofrece un beneficio de 7 a medio y largo plazo.

De los 400 proyectos que se desarrollan actualmente dentro del VI Programa Marco de Investigación relacionado con la tecnología de la sociedad de la información, en 97 participan empresas y organismos españoles.