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Un instituto de Alicante cierra por la violencia de un alumno

El chico, expulsado varias veces, acusado de coaccionar y agredir a profesores

"Estábamos hartos de sus amenazas. Pero el miércoles se pasó, y agredió a un profesor". El comentario es de Merche, madre de un alumno del instituto Castalla (población de 10.000 habitantes en el interior de Alicante), que en la tarde del jueves acordó cerrar el centro ante la reiterada actitud violenta y amenazadora de un estudiante de 17 años. "No se metía mucho con los chicos, pero sí con los profesores", añadió Salud, otra madre. Según fuentes del centro, el martes el alumno acudió con su padre, quien discutió violentamente con una docente embarazada, que tras el inicidente adelantó su baja laboral. Y al día siguiente llegó con su madre y agredió físicamente a otro profesor.

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Antes de este último episodio violento, el estudiante había acumulado un abultado expediente disciplinario, con tres expulsiones temporales que desembocaron en una definitiva esta semana. El adolescente no acataba esta orden y periódicamente regresaba. El director del centro, Juan Antonio Olmedo, presentó ese día una denuncia ante la Guardia Civil por "agresión, faltas y actitudes violentas". El instituto armado ha dado traslado de los hechos a la Fiscalía de Menores. El conflictivo estudiante recaló en este instituto en septiembre tras ser expulsado del centro de religiosas María Asunta de la localidad. En diciembre, pasó a un módulo de cualificación profesional inicial. El estudiante es hijo de una maestra de educación infantil de un centro ubicado en el mismo complejo que alberga el instituto y el colegio de primaria. "Todos conocemos a la madre, y es una excelente persona y docente", señaló Merche. Sin embargo, estas madres declinaron calificar el carácter del padre.

Los 400 alumnos, padres y profesores acordaron suspender la actividad lectiva desde la una de la tarde del jueves y durante todo el día de ayer y concentrarse a las puertas del centro.

La protesta obedeció a la "situación insostenible de seguridad de la comunidad educativa", según un comunicado suscrito por los docentes y respaldado por la AMPA. La nota subraya que la convivencia se había deteriorado "notablemente".

Los profesores se encuentran en una situación de "indefensión absoluta" ya que el decreto [normativa del Gobierno valenciano contra la violencia en las aulas] no incluye mecanismos que permitan garantizar el cumplimiento de los expedientes disciplinarios incoados contra el alumno, que pese a ser expulsado, continuó acudiendo al centro educativo en actitud "agresiva y amenazante".

El instituto critica, además, la "falta de implicación y propuesta de soluciones efectivas" por parte de la Consejería de Educación del Gobierno regional, del Ayuntamiento o de la Asociación de Directores. Los profesores consideran que es necesaria "la revisión" de los procedimientos legales que existen para que "las decisiones que se tomen se vean reforzadas por los organismos administrativos competentes". La presidenta de la AMPA, Gema Berenguer, pidió una "solución al vacío legal" que permite al alumno expulsado volver.

El alcalde, José Luis Prats, del PP, tildó de "drástica y desmesurada" la decisión de suspender las clases ante lo que calificó como "un hecho puntual", informa Lucía Gadea.

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