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Reportaje:Mujeres

Ellos llevan la batuta

Un estudio critica 'sesgos sexistas' en las orquestas españolas - Los expertos proponen audiciones a ciegas para aumentar la contratación de mujeres

Techo de cristal para unos, cuestión de relevo generacional para otros. Las 27 orquestas sinfónicas sostenidas con dinero público en España disponen de un 32% de músicas. Es una proporción inferior a la de alumnas que obtienen el título superior (41%, 10 puntos menos que hace una década). Las intérpretes solo rozan la paridad en la sección de cuerda (42%). Para ellas el violín, para ellos el clarinete o, también, la batuta. No hay ninguna directora titular.

La tesis del techo de cristal que impide el avance femenino la defiende el estudio Género sinfónico. La participación de las mujeres en las orquestas profesionales españolas que ha elaborado el grupo Musyca de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense. El director del trabajo, Javier Noya, y la música e investigadora María Setuain Belzunegui han pasado revista a los 2.000 intérpretes de las formaciones que integran la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas. La foto fija por sexos sitúa a las orquestas españolas con veinte años de retraso respecto a las alemanas o británicas.

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La situación, que ha mejorado en buena medida con la llegada de intérpretes extranjeras, dista de ser homogénea. Existen brechas: solo dos formaciones sinfónicas tienen una participación femenina que alcanza o supera el 40% (Oviedo y Santiago). "No sabía que fuéramos la orquesta más paritaria, pero es una buena noticia", afirma con sorpresa la gerente de Oviedo Filarmonía, María Riera. "Quizá se deba a que somos una formación joven y a que las mujeres cada vez estamos más preparadas". De los 55 intérpretes, 31 son hombres (10 de ellos, extranjeros) y 24, mujeres (13 no españolas). "En las audiciones , cada vez hay más candidatas", asegura.

El farolillo rojo (menos del 25%) es para la Orquesta Nacional de España (ONE), dependiente del Ministerio de Cultura. "Nunca he visto en ella discriminación por razón de sexo", asegura el director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Félix Palomero, que fue gerente de la ONE durante seis años. "Los tribunales son paritarios y el 35% de las plazas convocadas desde 2005 las ocupan mujeres", puntualiza.

Palomero atribuye la diferencia a "las plantillas históricas heredadas", con gran peso masculino. Dada la estabilidad laboral de los músicos en sus plazas, los relevos tienen una suerte de fecha fija. "Ahora se ve que las mujeres se incorporan con normalidad". El avance de las músicas es "cuestión de tiempo", dice.

"La participación femenina es menor en los escenarios de mayor prestigio, como Madrid, Cataluña o País Vasco", establece el estudio antes de añadir: "En la competencia por las plazas más difíciles, las de las orquestas de mayor prestigio, siempre pierden las mujeres, lo cual indica que hay un sesgo sexista".

"La causa de la discriminación de la mujer no es social, es musical: el conservadurismo del género sinfónico", según el estudio. Y está en relación con la imagen de los instrumentos: "Todavía tienen connotaciones sexuales", afirma Noya. "Hasta el siglo XX estaba mal visto que las mujeres tocaran el violoncello porque se coloca entre las piernas", dice. Los instrumentos grandes -a excepción de los de salón: arpa y piano- son "coto de los intérpretes masculinos".

Además del tamaño, el timbre importa. "Lo grave está asociado a lo masculino y lo agudo, a lo femenino", según el estudio. La sección de cuerdas es "siempre" la más feminizada. En especial el violín (el 47% en manos femeninas). "Una de cada dos mujeres en las orquestas españolas es violinista", según el trabajo de la Complutense.

En el viento soplan aires diversos: solo la flauta tiene un 40% de mujeres intérpretes. Su presencia es mayor en los instrumentos de madera que en los de metal. "No es un asunto de capacidad pulmonar", afirma Noya. Las percusionistas rondan el 2%.

El estudio propone mejorar la presencia femenina mediante audiciones a ciegas, para que se desconozca el sexo del candidato. "Eso aumenta en un 50% las probabilidades de contratar a una mujer", afirma Noya basándose en una investigación estadounidense. Una propuesta que no gusta a otros, como el responsable del INAEM, que defiende los planteamientos "artísticos" frente a los de tinte "sociológico".

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