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Un médico admite que abusó de 31 pacientes

El médico otorrinolaringólogo Javier Pérez Obón confesó ayer al inicio del juicio celebrado en la Audiencia de Palma haber atentado contra la intimidad y abusado sexualmente de 31 mujeres que, entre 2004 y 2008, fueron sus pacientes en el consultorio privado de la clínica privada Rotger de Palma. En la sala pidió perdón a las víctimas. Entró y salió con la cara descubierta del edificio judicial.

El médico, que trataba dolencias de vértigo, dejaba en ropa interior a las mujeres, cubría sus ojos con unos lentes opacos y posteriormente las fotografiaba y filmaba. En ocasiones las palpaba, prevaliéndose de su posición dominante. Guardaba las imágenes en su ordenador.

Durante la instrucción del caso, las pacientes relataron la forma de actuar del médico: les colocaba esparadrapos por todo el cuerpo para efectuar teóricos electrocardiogramas y les manoseaba los senos y las zonas genitales bajo la apariencia de realizar pruebas para determinar posibles dolencias de vértigo.

Pérez Obón cumplirá cuatro años de cárcel. El fiscal, en la primera acusación reclamó una condena a 116 años de prisión y la rebajó más tarde, tras el pacto de conformidad con asunción de los delitos y de compensación del daño moral causado. Por cada uno de los 31 delitos de abusos sexuales la pena ha sido de un año y cuatro meses. Cumplirá solo por tres de esos delitos, es decir, el equivalente a cuatro años.

Víctima menor de edad

El médico compensó con 3.000 euros a cada una de las víctimas identificadas en la investigación penal. Una de las denunciantes, que era menor cuando sucedieron los hechos, se percató de las grabaciones por el sonido del disparo de la cámara en la consulta y desveló el escándalo. Esta mujer -a la que le diagnosticó un posible tumor en la cabeza- mantiene la reclamación de compensación civil de 30.000 euros. El especialista está suspendido para el ejercicio de su profesión. El Colegio de Médicos de Baleares era parte de la acusación, junto a la Fiscalía y a los letrados de las víctimas.

La demanda de responsabilidad civil, conjunta y solidaria -pendiente de resolver- se dirige también contra la clínica Rotger y el doctor Antonio Murcia, que tenía subcontratado a Pérez Obón, por considerar que el médico condenado era parte de un equipo y de la clínica en la que trabajaba.

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