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Los médicos piden que la 'píldora del día siguiente' se dé sin receta

Los ginecólogos creen que puede frenar la escalada de abortos

Mónica Ceberio Belaza

La píldora del día siguiente no es un método abortivo, sino un anticonceptivo de urgencia, con escasos efectos secundarios, y un uso más generalizado podría frenar el número cada vez mayor de abortos, según las Sociedades Españolas de Ginecología y Obstetricia y de Contracepción. Piden que se informe a la población y que pueda dispensarse sin receta, como ocurre en Estados Unidos, Francia o Reino Unido. En algunas comunidades no es fácil obtenerla en fin de semana, cuando más se solicita.

-Hola, vengo a pedir la píldora poscoital -explica una chica de 32 años en una consulta.

-¿Por qué? -pregunta la doctora de Urgencias.

-Se me ha roto el preservativo.

La Iglesia católica cuestiona la píldora, a la que califica de método abortivo

-Ya. Seguro. Eso dicen todas. Bueno, habrá que darte la receta -dice con cara de disgusto.

-Estoy un poco nerviosa. Es la primera vez que la tomo. ¿Tiene efectos secundarios?

-Pues haberlo pensado antes. Tómatela y listo. Adiós -zanja la doctora.

Esta conversación tuvo lugar en una clínica privada de Madrid hace unos meses. La doctora dejó muy claro a la paciente -que acudió con mucha ansiedad, pensando que podía estar embarazada, y que no desea dar su nombre- que reprobaba y enjuiciaba su comportamiento mientras preparaba la receta. Apenas la miraba, como si hubiera cometido un crimen atroz. Y, aún y todo, esta mujer tuvo suerte. No siempre es fácil conseguir la píldora en fin de semana o por las noches, cuando la mayoría de los centros que la dispensan están cerrados y las mujeres tienen que pasearse de centro en centro y de hospital en hospital.

La píldora debe tomarse 72 horas después de tener una relación sexual no protegida y fue aprobada en España en marzo de 2001. Ese año se dispensaron 160.000 unidades. En 2005, fueron ya 506.000. Pero todavía es poco, según los ginecólogos españoles, que denuncian la falta de información de la población sobre el fármaco, y las dificultades para obtenerlo. La situación es muy desigual en función de la comunidad autónoma de que se trate. En algunas, como Andalucía, Castilla-La Mancha o Castilla y León, se financia. En otras no la llegan a financiar, pero tienen programas para mejorar el acceso al fármaco y otras no cuentan ni con programas específicos en esta materia.

Por eso, los presidentes de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia y la Sociedad Española de Contracepción pidieron ayer que se lance una campaña informativa que acabe con la "situación de confusión y desinformación" y que pueda dispensarse en las farmacias sin receta, como ya ocurre en países como Estados Unidos, Reino Unido, Holanda o Bélgica.

En España se practicaron en 2005 cerca de 91.000 abortos, un 7% más que en 2004. Las cifras crecen cada año. "Nosotros pensamos que un mayor conocimiento de la píldora poscoital y facilidades en el acceso reduciría el número de interrupciones voluntarias del embarazo. Habría que hacer campañas con las mujeres inmigrantes, que son ahora las que más abortan", señala José Manuel Bajo, presidentes de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.

"Es cierto que hay un desconocimiento generalizado", señala Empar Pineda, portavoz de la clínica de abortos Isadora, en Madrid. "Estamos ahora mismo haciendo un estudio en el que una de las preguntas que hacemos es si conocen la píldora poscoital. Responde que no el 96% de las 160 mujeres encuestadas hasta ahora".

La Iglesia católica y los grupos conservadores cuestionan la píldora, a la que califican de abortiva. Algunos farmacéuticos no la dispensan por objeción de conciencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que es un anticonceptivo y un medicamento esencial. El levonorgestrel actúa frenando la ovulación y dificultando la fecundación. "Y apenas tiene efectos secundarios", señala Ezequiel Pérez Campos, presidente de la Sociedad Española de Contracepción. "Podría dispensarse sin receta".

El pasado noviembre, Esquerra Republicana de Catalunya presentó una proposición no de ley para instar al Gobierno a incluir la píldora en el listado de fármacos que no requieren receta médica.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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