_
_
_
_
_

Los ministros admiten fallos en la reforma de Bolonia

La asociación europea de estudiantes, satisfecha por "la honestidad política"

"Las recientes protestas en algunos países, en parte dirigidas contra medidas no relacionadas con el proceso de Bolonia, nos han recordado que algunos de los objetivos y reformas de Bolonia no se han desarrollado bien y tampoco se han explicado bien". De esta manera, los responsables de Educación de los 47 países que conforman el proceso de Bolonia (el compromiso para hacer una universidad europea homologable) se han dado por aludidos en la declaración que firmaron ayer tras su reunión en Budapest y Viena. "Reconocemos y tendremos en cuenta las voces críticas que se han levantado entre el profesorado y los estudiantes", añade el texto.

También se destaca que se ha recorrido mucho camino, y muchas cosas se han hecho correctamente (la parte común de estructura dividida en grado, máster y doctorado o los controles de calidad están muy extendidos), por lo que cabe estar razonablemente satisfechos. Pero señala los puntos críticos que se deben impulsar: facilitar mayor movilidad a los estudiantes y a los profesores, mejorar la enseñanza y el aprendizaje, las salidas laborales de los graduados (las carreras cortas no tienen buena aceptación en países como Alemania o Austria) y ofrecer una enseñanza de mayor calidad para todos.

Más información
El 95% de las universidades europeas ya están adaptadas a Bolonia

La Asociación Europea de Estudiantes (ESU, en siglas en inglés) había publicado un comunicado muy crítico con el rumbo que está tomando el proceso: "Ha sido malinterpretado, y se ha retorcido para satisfacer las metas políticas a corto plazo de los Gobiernos", decía. Pero ayer, su presidenta, Ligia Deca, recibió la declaración de los ministros casi como una victoria: "Estamos contentos por la prueba de honestidad política de aceptar que la aplicación de Bolonia ha estado lejos de ser perfecta", dijo. Deca destacó la importancia que se ha dado en la reunión a la dimensión social, pero alertó sobre la urgente necesidad de mejorar la inserción laboral de los nuevos titulados de Bolonia.

Representantes de organizaciones universitarias asamblearias de distintos países europeos se desplazaron también a Viena a protestar contra el proceso. Conscientes de que no pueden parar el cambio, su pretensión declarada era que, al menos, se escucharan sus quejas. Bolonia "es un gran proyecto para Europa, pero debe de ser explicado para que quede como una de las grandes aportaciones de este principio de siglo a lo que es la construcción europea", aseguró el secretario de Estado de Universidades de España, Màrius Rubiralta, quien admitió que quizá ha estado en sus inicios "muy centrado en su aspecto técnico" y poco en su dimensión social.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_