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La mortalidad por cirugías cardiacas se dispara en un hospital canario

El cirujano que denunció los hechos ha sido el único despedido del Universitario

Las denuncias de un cirujano sobre el hospital Universitario de Canarias (HUC) han destapado el problema. Una auditoría encargada después de que el médico diera la voz de alarma detectó que más de 60 personas de los 649 pacientes atendidos por el servicio de Cirugía Cardiaca del centro murieron en 2005 y 2006.

La investigación fue encargada por el propio hospital y la firman Jorge Martínez (asociado de Cirugía Cardiaca de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid) y José Luis Pomar (jefe de Cirugía Cardiaca de Adultos del hospital Clinic de Barcelona). Éstos concluyeron que la mortalidad es "excesiva", y que en 2005 y 2006 duplicó la media nacional y europea.

Murieron 60 de los 649 pacientes atendidos entre 2005 y 2006
El gerente del centro dice que ya se han aplicado las recomendaciones

El HUC es uno de los dos grandes hospitales públicos de Tenerife. Sus gestores argumentan que en ese periodo sólo se han recibido tres reclamaciones, dos en oficinas de atención al paciente y una por vía judicial.

Los auditores, por su parte, felicitan al médico que ha denunciado esta situación porque "podría haberse agravado con el paso del tiempo". Sin embargo, Ignacio Díaz de Tuesta fue el único de los cinco cirujanos expulsados. Los demás, incluidos el jefe del servicio, Rafael Martínez Sanz, sobre el que la investigación vierte todo tipo de críticas, siguen en sus puestos.

"Me temo que, por desgracia, la realidad es aún más dramática", dijo ayer Díaz de Tuesta, "porque a los auditores les han ocultado buena parte de la información". El gerente del centro, Ignacio López Puig, aseguró que se han aplicado todas las recomendaciones del estudio y que las cifras de mortalidad de este servicio en 2007 "son las del resto de España". El documento no incluye lo ocurrido en 2007.

El texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS, revela numerosos fallos. Los resultados "muestran en su globalidad una mortalidad exageradamente elevada y muy especialmente preocupante para determinadas patologías", entre las que "resulta especialmente llamativa" la mortalidad observada en los enfermos que sólo tenían problemas en sus válvulas cardiacas (24% y 16% en 2005 y 2006, respectivamente). Entre los que tenían afectadas las válvulas y las arterias, murieron el 16% de los pacientes en 2005 y el 8% en 2006. La estancia media es "sin duda, exageradamente alta" y el número de reintervenciones precoces "es muy alto".

La mortalidad en cirugía coronaria aislada y electiva fue del 6% (frente al 2% en el resto de España). "Son preocupantes los resultados obtenidos en cirugía valvular aislada, sobre todo en 2005 (un 20% para reemplazo valvular aórtico y un 19% para reemplazo valvular mitral aislado)", dicen los auditores, aunque estas cifras se reducen en 2006 a 15% y 14%, respectivamente. Éstas "distan mucho de los datos observados en el registro nacional", un 5,4% y un 7,5% para mortalidad hospitalaria para el grupo mitral aislado.

Los datos de mortalidad "se ven todavía superados cuando se analiza la cirugía sobre dos válvulas (mitro-aórticas), con una mortalidad del 58% en 2005 y del 22% en el 2006", cuando la media nacional es del 8%. Las cifras de mortalidad en cirugía aórtica y revascularización miocárdica asociada son "francamente elevadas en 2005 (18%)" y "más aproximadas a la media nacional" en 2006 (un 10%).

La auditoría destaca que "resulta llamativa la alta incidencia de revisiones precoces en 2005", que afectó el 14% de los procesos con circulación extracorpórea, que disminuye al 7% al año siguiente. "En cualquier caso la mortalidad asociada a las revisiones de la caja torácica no es desdeñable y arroja unos porcentajes preocupantes".

Fachada del hospital Universitario de Canarias, uno de los dos grandes centros públicos de Tenerife.
Fachada del hospital Universitario de Canarias, uno de los dos grandes centros públicos de Tenerife.

"Las cosas han mejorado", afirma el jefe de servicio

El aún jefe de Cirugía Cardiovascular del HUC, Rafael Martínez Sanz, remitió anoche un comunicado en el que carga contra el "cirujano despedido" Ignacio Díaz de Tuesta, el que denunció la alta mortalidad en su unidad, de quien dice que aspiraba a su puesto. Pero Martínez Sanz no responde a las anomalías reveladas por la auditoría independiente, cuyos autores aconsejan que su labor sea tutelada por una nueva figura de director de servicio.Martínez Sanz transmite a todos los pacientes "la confianza en un servicio de alta tecnología y reconocida calidad", que dice enorgullecerse de dirigir. Y afirma que, desde que Díaz Tuesta fue despedido, "las cosas han mejorado". "El riesgo actual al operarse de cirugía cardiaca en el HUC es similar al de hacerlo en otros buenos hospitales en el entorno europeo", concluye.El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero (de Coalición Canaria, que cuenta con el apoyo del PP), aseguró ayer que la dirección del HUC "tomó las medidas correctoras necesarias dentro del servicio y la media [de mortalidad] ahora está en la media de los mejores hospitales de España". Con estas declaraciones Rivero salía al paso del revuelo político por la auditoría sobre la mortalidad en esta unidad, adelantada por el diario local La Gaceta de Canarias. Paulino Rivero anunció que ha dado instrucciones a su consejera de Sanidad, Mercedes Roldós (del PP), para dé "todo tipo de explicaciones" en el Parlamento autonómico."Quienes defienden a la sanidad pública se dedican a filtrar un documento del año 2006 y es lamentable que se juegue de una forma tan vil en la política, porque éste fue un informe filtrado por el PSOE", dijo Rivero.

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