_
_
_
_
_

El 'niño de Taung', el famoso fósil, fue raptado y muerto por un águila, según el paleoantropólogo Phillip Tobias

Jacinto Antón

Hace un millón de años un águila negra, la mayor rapaz africana, atacó y mató a un pequeño ser bípedo de unos tres años cerca de lo que hoy es el Transvaal surafricano; lo destrozó con sus fuertes garras y su pico y se llevó la cabeza para alimentar a los polluelos. El cráneo de la criatura cayó del nido y fue a parar a una caverna calcárea. Diez mil siglos después, en 1924, el fósil fue hallado en esa cueva, en Buxton, a 10 kilómetros de Taung, por Raymond Dart, uno de los grandes nombres de la paleontología humana. Dart afirmó que los restos pertenecían a un "hombre mono" infantil, un niño de una especie intermedia entre los antropoides y el hombre. Esta es, según la hipótesis explicada ayer en Barcelona por el paleoantropólogo surafricano Phillip V. Tobias (Durban, 1925), la historia de uno de los fósiles más célebres de la evolución humana, el niño de Taung, el primer australopiteco descubiertoTobias presentó la hipótesis durante el acto de constitución en Barcelona del grupo de investigación Hominid.

En Taung se encontró únicamente el fósil de la criatura (la cara, parte de la frente, la dentadura completa y el molde endocraneal) y ningún otro rastro de congéneres, cuando los yacimientos surafricános -Sterkfontein, Swartkrans...- se caracterizan precisamente por la abundancia de, individuos. ¿Qué hacía el pequeño solo ahí? "Es evidente que fue arrebatado de algún sitio", señaló Tobias. "Durante mucho tiempo se ha pensado que fue presa de un leopardo, un superleopardo (un tigre dientes de sable) o, más probablemente, una hiena y llevado al cubil de la fiera. Pero un estudio pormenorizado de los restos de fauna en el yacimiento ha hecho emerger una idea más dramática. El 65% de los fósiles en Taung pertenecen a pequeños animales, lo que no concuerda con depósitos producidos por la acción de grandes depredadores terrestres (alrededor del 140/0), y sí con los de nidos de las grandes aguilas". El análisis de cráneos fósiles de babuino en Taung mostró daños identificables como causados por la acción de garras y picos. Y, según mostró Tobias, el cráneo del niño de Taung también presenta esos daños. Tobias finalizó su explicación mostrando una impresionante foto de un aguila negra al ataque: "Esto fue posiblemente lo último que vio que el niño de Taung", dijo.

Tobias también mostró ayer copias de los restos de Little Foot. Se trata de los fragmentos de un pie de australopiteco que avalarían que estos homínidos conservaban la capacidad de aferrarse a las ramas de los árboles (el pulgar parece de chimpancé).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_