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Las nuevas tecnologías, un revulsivo para el periodismo

La deontología, fuente de debate entre profesionales del sector

La nueva ética periodística en el mundo digital es uno de los debates que más se plantean en las jornadas Media140 Barcelona. Hay algo en claro que surge tras las diferentes conferencias y las conversaciones que se generan entre ponencia y ponencia: hay múltiples caminos que se abren. Y las nuevas tecnologías son el gran revulsivo del periodismo. Un ejemplo de ello es Wikileaks. Joseba Elola, que pasaba catorce horas diarias encerrado con otros compañeros de este diario analizando los miles de documentos, cree que "Wikileaks ha sido un elemento motivador para los medios convencionales".

Alfonso Bauluz y Juan Luís Sánchez, este último de Periodismo Humano, criticaron el hecho de que estos documentos no se hayan hecho públicos en su totalidad. Bauluz cree que "los ciudadanos tunecinos no tienen que esperar a que Le Monde haga públicos los documentos relativos a su país". Los dos defienden que una vez publicados a través de los medios convencionales, los papeles del departamento de Estado de los EE.UU. sean accesibles al conjunto de la población. Elola, que se entrevistó con Assange y le pidió que contara con El País para publicar y difundir los documentos, dice que el fundador de Wikileaks "buscaba el mayor impacto posible al publicar los documentos".

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En los descansos para tomar un café o al almorzar, los participantes de las jornadas tienen tiempo de conocerse. Las dudas de las conferencias se trasladan a la terraza, entre plato y plato. Y estos dos días en el barrio tecnológico de la capital catalana, el 22@, dan la posibilidad de conocer periodistas y especialistas en comunicación de todas las partes del mundo. Rob Weiner, de Amnistía Internacional y que fue corresponsal de Al Jazeera, descubre la situación dramática en la que vive Bradley Manning. Manning, joven de 23 años que entregó los papeles de Wikileaks a Assange, "está aislado 23 horas al día, a veces enmanillado y a ratos desnudo". "Parece una venganza por lo que hizo", explica Weiner, que ronda la cuarentena, más tímido que lo que deja intuir su experiencia como periodista.

Otra de las dudas que asaltan a los periodistas es el modelo de negocio a través del cual sobrevivirán los medios. Encontrar una forma de financiación eficaz en la red. En una ponencia conjunta en la que participaban Vicenç Partal, director del diario digital en catalán Vilaweb, y Carles Capdevila, homónimo de este en el Ara, se discutía cuales son las opciones que da Internet para aumentar los ingresos de los medios de información. Ismael Nafrías, director de contenidos digitales de La Vanguardia, cree que "el pago por la lectura de contenido digital no es la solución", aunque no visualiza un modelo claro que vaya a imponerse.

Una cosa está clara: los costes actuales del periodismo no son sostenible. Partal cree en la necesidad de "ver qué se necesita para hacer realidad una idea y de qué lujos puedo prescindir". Vilaweb a decidido no tener una sección de deportes y centrarse en política, cultura y sociedad. Según su parecer, un modelo de futuro es la especialización temática de cada medio, focalizar en algo e insistir en ello. De la ponencia se desprende que la oposición entre digital e impreso no tiene que ser negativa. Muchas veces se ha presentado Internet como el verdugo del papel escrito, pero también pueden potenciarse mutuamente. "No importa la plataforma, sino entender al usuario", concluye Capdevila.

Hoy es la segunda jornada de debates en Media 140 Barcelona. Ayer, los periodistas destacaron el papel de Internet en las revueltas en los países árabes, entre otras cuestiones.

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