Los obispos retan al PP en otra campaña contra el aborto

La Conferencia Episcopal se va a gastar 150.000 euros en subrayar en vallas y carteles su radical oposición a la nueva ley del aborto. Lo anunció ayer su portavoz, el jesuita Juan Antonio Martínez Camino, que es también obispo auxiliar del cardenal Antonio María Rouco en el arzobispado de Madrid. La norma "debe ser derogada cuanto antes", dijo. Pero evitó citar al PP, cuando se le preguntó si la poderosa organización episcopal piensa dirigirse directamente al principal partido de la oposición, de tendencia democristiana, con exigencias concretas. Inmediatamente, lanzó este reto: "Lo prioritario es que la ley no esté vigente ni un día más, luego se verá qué hace cada uno, según sus responsabilidades".

La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, se mostró a la misma hora relativamente segura de que el Tribunal Constitucional anulará los aspectos más conflictivos de la norma, cuando resuelva sobre el recurso de inconstitucionalidad que en breve presentarán los populares. Según esta portavoz, el Constitucional ya declaró en 1985 que una ley de plazos contraviene la Carta Magna, en referencia a la sentencia que ese año avaló la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres supuestos concretos, impulsada entonces por el Gobierno de Felipe González.

Los obispos endurecen cada día su discurso, aunque con optimismo. "Esta legislación es fatal, pero no está todo perdido", dijo Martínez Camino. Con la nueva regulación del aborto, "el Estado da licencia para matar y deja de ser garante del bien común", opinó. Los obispos presentaron ayer la campaña que culminará el próximo día 25 con una llamada Jornada por la Vida, este año con el lema ¡Es mi vida!... Está en tus manos. Desde el 15 al 30 de marzo se podrán ver anuncios con esa leyenda en 1.300 vallas publicitarias de 37 ciudades. Además, las diócesis distribuirán seis millones de dípticos y 30.000 carteles entre parroquias y centros católicos. La campaña es menos agresiva que la del año pasado, en la que un lince era el protagonista. El portavoz episcopal la recordó ayer, y presumió de su éxito, "incluso fuera de España".

"¿Y yo? ¡Protege mi vida!", pedía entonces un chiquillo que gateaba junto a un lince, colocado en la parte superior del cartel. El animal lucía una cuña de garantía de protección total. En la cabecera, unas fotografías representaban el desarrollo de un bebé desde el embrión, su crecimiento en el útero materno, y a una embarazada de nueve meses. La tesis de los eclesiásticos era que el niño está menos protegido que el lince por la legislación española.