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Ocho operadores se reparten alrededor de cuatro millones de abonados

A través del satélite, el cable o Internet, la televisión de pago llega a los espectadores mediante una docena de grandes y pequeños operadores de telecomunicaciones. Se trata de un sistema liberalizado desde hace años y cualquier empresa puede abrir zanjas y tender una red de cable o alquilar espacio en un satélite para distribuir contenidos de pago. Por tanto, es un sector en el que no existe ningún tipo de monopolio.

En conjunto, unos cuatro millones de hogares están enganchados a estas emisiones. Con dos millones de abonados, Digital + es el principal operador. Ofrece alrededor de 150 canales y servicios audiovisuales. Por número de suscriptores, con más de un millón, Ono es el segundo suministrador de televisión de pago. Este cableoperador ofrece, además de contenidos audiovisuales, telefonía e Internet.

Imagenio, la plataforma impulsada por Telefónica distribuye su oferta de televisión de pago por ADSL y supera los 600.000 abonados. Gracias a la banda ancha, también las empresas de telecomunicaciones Orange y Jazztel ofrecen servicios de televisión de pago.

Cableoperadores

Junto a estas grandes compañías, compiten en el mercado español cableoperadores regionales, como Telecable, Euskaltel o R. Cable, que gozan de notable implantación en sus respectivos territorios. Globalmente, el negocio de la televisión de pago (por satélite, cable o ADSL) movió el año pasado más de 1.700 millones de euros, según los datos de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.

Las competiciones de fútbol son una de las principales locomotoras de la televisión de pago. Hasta ahora, este tipo de contenidos ha estado disponible en todos los operadores de pago, a excepción de Orange y Jazztel.

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