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¿Y por qué no otras religiones?

Las comisiones de ética asistencial de los hospitales "no son órganos decisorios", y "se intenta que su composición sea plural", explica la directora del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, María Casado. "El problema es que si estás obligando a que esté una confesión en concreto, se pone en peligro la separación entre Iglesia y Estado".

Casado se queja de una corriente que recorre, no sólo España, sino toda Europa, de representación religiosa en órganos científicos, como está ocurriendo en el Grupo Europeo de Ética, asegura. "Los comités establecen líneas de actuación, y cuanto más conservadores, más pasos atrás se darán", añade. En cualquier caso, Casado recuerda que en los hospitales existe esa figura del capellán, pagada por las administraciones públicas, que ya existía durante la dictadura, y a partir de ahí va a lo que considera la raíz del problema, los acuerdos del Gobierno de España con el Vaticano. "¿De qué nos sorprendemos?", se pregunta Casado.

"Estamos en lo de siempre, en los privilegios que la Iglesia católica tiene en España", dice la profesora de Derecho Penal de la Universidad de Valencia y miembro del comité de ética del Hospital Clínico de Valencia, en el que "hay un capellán". "Habría que ver", continúa, "si los hospitales públicos pueden garantizar también que un enfermo que lo pida sea asistido por un representante de cualquier otra confesión". Es decir, estas dos expertas no discuten la pluralidad de estos organismos, sino más bien los privilegios para la confesión católica que persisten en España en muchos otros ámbitos.

Marcelo Palacios, presidente de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), sin embargo, con el mismo argumento de la máxima pluralidad en relación con las personas que están involucradas en el proceso asistencial, asegura: "No creo que haya que poner ningún tipo de objeción" a la presencia de los capellanes en las comisiones.

Núria Terribas, directora del Instituto Borja de Bioética, el primero que se fundó en Europa (1976), dependiente de la Universidad Ramon Llull (Barcelona), y miembro de ocho comités de ética de hospitales catalanes: "En un contexto laico, el sistema sanitario público debería tener, en todo caso, una representación de las confesiones religiosas, de la pluralidad de pacientes: musulmanes, budistas, etcétera. Si sólo hablamos de una confesión, el sesgo está muy claro".

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