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La parálisis de EE UU bloquea la cumbre del clima

La ministra danesa: "Es impensable que Obama recoja el Nobel sin acordar un recorte de emisiones"

La última ronda de negociaciones contra el cambio climático comenzó ayer en Barcelona con un diálogo de sordos. La UE, los países en desarrollo y la ONU insistieron públicamente en que sin un compromiso concreto de recorte de emisiones por parte de EE UU no habrá acuerdo en Copenhague para sustituir al Protocolo de Kioto. Los enviados de Barack Obama replicaron también abiertamente que no pueden aceptar ninguna cifra hasta que el Senado no apruebe la ley contra el cambio climático -algo que no ocurrirá hasta 2010- para evitar que la Cámara tumbe su acuerdo, como le ocurrió a Clinton con Kioto.

Ante el parón irrumpió la ministra danesa de Cambio Climático y Energía, Connie Hedegaard: "Me parece impensable que Obama recoja en Oslo el Nobel de la Paz por su apoyo al multilateralismo y a envíe a sólo 100 kilómetros a sus negociadores con las manos vacías". Y añadió: "EE UU no es el único que tiene problemas domésticos para aprobar este acuerdo".

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El máximo negociador de Obama en la cita, Jonathan Pershing, no se movió ante las críticas: "En Kioto, la Administración negoció un texto que luego el Senado rechazó. Ahora lo vamos a hacer al revés". Y eso implica esperar, porque los republicanos no tienen prisa y es muy improbable que la ley, que fija un recorte de emisiones del 17% en 2020 respecto a 2005, esté aprobada en diciembre para Copenhague. Pershing defendió que "EE UU ha hecho más en 10 meses por combatir el cambio climático que en toda su historia" y sostuvo que su plan es comparable al de la UE. Implícitamente está pidiendo así que la UE eleve su objetivo hasta un recorte de emisiones del 30%.

El secretario de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, negó validez al argumento: "Cuando se firmó Kioto en 1997 ningún país tenía en marcha la legislación para implantar lo que allí aparecía. [...] Si el Senado de EE UU no lo ratificó entonces fue porque consideró que Kioto no afectaba a grandes economías emergentes y que dañaría su economía. Algo que no ocurre ahora porque Copenhague sí afecta a estos países". Además, recordó que hace dos años, con Bush en la Casa Blanca, "EE UU aceptó que habría un acuerdo en 2009".

Con el bloqueo y sin capacidad negociadora suficiente para solventarlo, la cita de Barcelona se queda, salvo anuncio sorpresa, para los detalles. "No esperamos resultados espectaculares, sino pulir los textos de negociación", quitar detalles engorrosos para que en Copenhague los ministros y jefes de Estado se puedan dedicar a lo importante, como resumió la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, una de las portavoces de la UE como presidencia de turno entrante. Y lo importante es la financiación y la postura de EE UU. Sobre la financiación, España anunció la aportación extra de 100 millones de euros para adaptación inmediata a los efectos del calentamiento en los países en desarrollo, algo que De Boer valoró como ejemplo.

Protesta de Greenpeace contra el calentamiento, ayer en la Sagrada Familia de Barcelona. "Líderes mundiales, tomad la decisión de salvar el clima", dice en inglés  la pancarta.
Protesta de Greenpeace contra el calentamiento, ayer en la Sagrada Familia de Barcelona. "Líderes mundiales, tomad la decisión de salvar el clima", dice en inglés la pancarta.CARMEN SECANELLA

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