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Un periodista de EE UU afronta una pena de cárcel por negarse a revelar sus fuentes

Matthew Cooper ha sido condenado de desacato pero la sentencia está en suspenso a la espera de que se resuelva la apelación

Una de las piedras angulares de la profesión periodística, el derecho de los reporteros a no revelar sus fuentes, puede sufrir un duro golpe si se confirma la sentencia de un juez de EE UU. El redactor de la revista Time Matthew Cooper ha sido condenado a una pena de cárcel por negarse a contar quién fue su informante en el caso de la identificación de la agente de la CIA Valerie Plane. La decisión está suspendida pero la organización Reporteros Sin Fronteras ha denunciado ya lo que considera un atropello a la libertad de prensa.

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La historia comenzó el 17 de julio de 2003. En la edición de la revista de aquella fecha Cooper escribió que "unos agentes del gobierno" habían revelado a la prensa la identidad de la señora Plane. Se sospechó entonces que había sido la propia Casa Blanca quien había facilitado su nombre para castigar a su marido, el ex embajador Joseph Wilson, quien públicamente contradijo algunas de las informaciones dadas por el presidente Bush para justificar la guerra de Irak. Pero el periodista no aclaró este extremo.

Como la revelación voluntaria del nombre de un agente de inteligencia puede ser considerada un acto de traición, en diciembre de 2003 se creó una sala especial, presidida por el fiscal Patrick Fitzgerald, para investigar el origen de la fuga.

Multa a 'Time'

El pasado 6 de agosto, el juez federal Thomas F. Hogan, tras interrogar a Cooper, decidió encarcelamiento. Le acusaba de desacato al tribunal por negarse a responder sobre quién había sido su fuente. Time, que apoya a su empleado, fue a su vez condenada a pagar 1.000 dólares (820 euros) de multa al día, durante todo el tiempo que el periodista mantenga su negativa. Sin embargo, las apelaciones tanto del periodista como de la revista dejaron en suspenso la sentencia.

"Forzar a los periodistas a revelar sus fuentes socava uno de los elementos clave del periodismo de investigación, que es vital para la democracia", afirma RSF en un comunicado. Pero el organismo va más allá. Como EE UU es miembro de la Organización de Estados Americanos RSF asegura que la decisión podría violar los principios sentados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como el que dice explícitamente que "todo comunicador social tiene el derecho de mantener confidenciales sus fuentes de información, sus notas y sus archivos personales y profesionales".

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