La prensa de EE UU pacta ajustes pero Obama descarta ayudas

Barack Obama ha rechazado ofrecer un plan de rescate a la prensa norteamericana, un sector que sufre una grave crisis provocada por el descenso de los ingresos publicitarios y por la circulación de sus principales diarios. En una semana en el que los trabajadores de dos de las grandes cabeceras del país, The Boston Globe y The New York Times, han aceptado rebajas salariales, el Gobierno de EE UU ha anunciado que no intervendrá inmediatamente para estabilizar el sector, como ha hecho en otros como el bancario o el automovilístico.

"Creo que existe cierta preocupación y cierta tristeza por ver cómo las ciudades pierden sus periódicos", dijo el lunes, en su conferencia de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs. "Es motivo de preocupación. Pero no sé, con toda honestidad, qué podría hacer el Gobierno al respecto". En EE UU hay más de 1.400 diarios y 6.200 semanarios.

Ayer se cerró el acuerdo en The Boston Globe. La dirección de la editora del The New York Times, dueña del diario, y el sindicato mayoritario llegaron a un acuerdo que incluye rebajas de sueldos y otras medidas de ahorro. Previamente, los propietarios habían amenazado con cerrar la cabecera en 60 días si los trabajadores no aceptaban reducir los gastos anuales en unos 20 millones de dólares (15 millones de euros). Por su parte, los trabajadores de The New York Times llegaron a un acuerdo con la dirección para reducir los salarios de sus casi 1.300 empleados en un 5%.

La crisis de la prensa es un problema que ha llegado al Congreso. El pasado marzo, el Senado comenzó a debatir una propuesta de ley que permitiría reciclar los periódicos en quiebra como sociedades sin ánimo de lucro para que pudieran gozar de ventajas fiscales. Los pequeños diarios que se han visto al borde de la quiebra podrían pasar a tener patrocinadores. A cambio, los medios deberían evitar cualquier tipo de apoyo político expreso en época de elecciones.