El primer caso por ablación en el extranjero termina archivado

La Audiencia Nacional decidió ayer archivar provisionalmente un caso contra los padres de una menor a la que se practicó una ablación genital en la República de Guinea cuando solo tenía un año. La sección primera de la sala de lo penal, presidida por el magistrado Javier Gómez Bermúdez, sobresee la causa debido a que el fiscal (la única parte que se presentó como acusación), no ha presentado cargos contra los progenitores. Su participación, "tanto por acción como por omisión", en la mutilación de la menor, que ahora tiene ocho años, no ha quedado acreditada, afirma. Los autores de los hechos no están en España, añade. Esta es la primera vez que la Audiencia -organismo que juzga los delitos cometidos en el extranjero por españoles- decide sobre una causa de mutilación genital.

El caso se inició el año pasado, cuando en una revisión sanitaria los médicos detectaron que la niña había sufrido una ablación genital. Los facultativos denunciaron los hechos, se abrió una investigación y los padres de la menor, de origen guineano, fueron procesados por el titular del Juzgado de Instrucción de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu. Este les imputó un delito de lesiones penado con seis a 12 años de cárcel. Y es que, según la ley de información sanitaria y autonomía del paciente, acciones como la sufrida por la menor son perseguibles en España aunque se hayan cometido en otros países, siempre que sus responsables estén en España.

El fiscal, sin embargo, sostiene que no queda acreditada la participación de los padres en la mutilación que la menor sufrió en 2003. La madre, que en esa época vivía en Guinea con la niña, asegura que los hechos se produjeron cuando dejó a esta al cargo de unos parientes para ir a trabajar a otra ciudad. El padre, que ya vivía en España, asegura que supo lo ocurrido mucho después. Ambos aseguraron que nunca dieron su consentimiento para que se practicara a la niña la mutilación genital.

En España hay alrededor de 10.000 niñas en riesgo de sufrir mutilación genital -la extirpación total o parcial de los genitales externos u otras agresiones-, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona. Son menores de 0 a 14 años, la mayoría de origen gambiano, pero también procedentes de Senegal, Nigeria o Malí. El riesgo que corren de que sus familiares las trasladen a sus países de origen para que allí se les practique una ablación, ha llevado a varias comunidades -como Aragón o Cataluña- a elaborar programas de prevención. Además, ya se han dado varios casos en los que la fiscalía ha retirado el pasaporte a una menor tras percibir que había riesgo de que sus padres la trasladaran a otro país para que se le practicara una ablación.