La próxima legislatura harán falta 200.000 plazas nuevas en Formación Profesional

Faltan muchas plazas en algunos títulos de Formación Profesional (por ejemplo, en el área de Comercio y Marketing, o en el de Edificación y Obra Civil) y sobran en otros (en la rama de Informática y Telecomunicaciones). Esta es una de las conclusiones que se extraen de comparar la oferta de FP con los puestos de trabajo en cada sector que hoy hay en España y los que se esperan que haya en el futuro. Lo ha hecho el Ministerio de Educación para elaborar el mapa de la FP que ayer presentó a las comunidades autónomas. Así, calculan que en los próximos cuatro años (en la próxima legislatura) hará falta crear 200.000 plazas nuevas de FP en los sectores de distribución y transporte, dependencia y salud y educación infantil para tener en 2020 tres millones más de titulados (ahora son 4,6 millones). Así, aparte de aumentar las plazas, las Administraciones deben esforzarse "en reorientar las ofertas en función de las necesidades de los sectores productivos, corrigiendo los desajustes, y aumentar el número global de plazas ofertadas", dice el texto. Eso quiere decir, aumentar en unas, pero reducir en otras, aunque el trabajo no ofrece apenas concreción en esa espinosa segunda parte.

Aunque todas las comunidades tuvieran en cuenta estas indicaciones y se coordinasen para enfocar su oferta a esos objetivos, aumentando además las plazas de FP en lugar de reducirlas en el actual contexto de crisis -lo que cual parece bastante complicado-, el plan tiene otra gran dificultad básica. Se trata de que no se puede obligar a ningún joven a estudiar algo que no quiere, por muchas salidas laborales que tenga. De hecho, hay títulos de FP muy populares a pesar de tener una complicada inserción laboral, por ejemplo, algunos títulos de los ámbitos de Comunicación, Imagen y Sonido e, incluso, Sanidad. En esos casos, el ministerio reclama a las comunidades "la necesaria conciliación de la demanda de los estudiantes con las necesidades de los sectores productivos", mientras se llevan a cabo "acciones de información y orientación profesional, en general y especialmente respecto de estos títulos, de modo que el alumnado conozca las posibilidades reales de inserción laboral de los mismos". Esto significa que propone reducir algo la oferta de esos títulos a pesar de la demanda, mientras se hacen campañas para explicar a los jóvenes que encontrarán trabajo más fácilmente si estudian otra cosa.

En todo caso, lo que está claro es que el gran agujero del sistema educativo español que señalan los organismos internacionales es la falta de titulados en FP de grado medio: según la OCDE, el porcentaje de jóvenes españoles que se gradúan en bachillerato cada año está por encima de la media de la UE (45% frente a 43%), y el de población de 25 a 34 años con un título superior, también (39% frente a 34%). Sin embargo, en la FP de grado medio (a la que se accede después de la ESO) se encuentra 14 puntos por debajo, en el 38%. Así, viendo la imagen global, lo deseable sería que al menos buena parte de ese 28%que deja los estudios antes de tiempo (abandono temprano) alcanzase un título de FP, pues la previsión de la UE es que en 2020 el 85% de los puestos de trabajo requerirán, al menos, ese nivel de educación.