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Reportaje:Vida&artes

Si puedes consumir, ¿para qué poseer?

Las nuevas tecnologías y la crisis desacralizan la propiedad en favor del disfrute en la Red y el alquiler - Las descargas dan paso al 'streaming' y los programas emigran del disco duro

Ramón Muñoz

La propiedad está dejando de estar de moda tras siglos como valor absoluto de la civilización occidental. No, no es que haya resucitado de sus cenizas el fantasma del comunismo o que una ola de fervor nos retrotraiga al desapego a las posesiones de las primeras comunidades cristianas. Es el propio desarrollo del capitalismo, su incitación permanente al consumo pese a las crisis cíclicas, y las nuevas tecnologías relacionadas con Internet como catalizador los que están trastocando hábitos que se creían enraizados. ¿Para qué poseer algo, almacenarlo, mantenerlo, protegerlo de los rateros si hay una oferta ilimitada de objetos y servicios al alcance de la mano con solo dar un botón o firmar un contrato por la web? Un escenario de recesión económica sin precedentes, que amenaza con enquistarse y habitar entre nosotros en forma de inseguridad laboral y mileurismo generalizado, ayudan a responder a esa pregunta: mejor consumir que poseer, mejor pagar por el uso que comprar.

El 43% de los vídeos que ven los estadounidenses son de YouTube
El éxito de Spotify, seriesyonquis o Hulu son símbolos del nuevo modelo
La compra de pisos se frena por la falta de financiación y los bajos salarios
La mitad de los usuarios ve series o escucha música por Internet
Los programas y los archivos han emigrado del disco duro a la Red
Para más de 15.000 kilómetros al año sale más asequible el 'renting' de coches

Las descargas de contenidos de Internet ceden terreno al streaming, es decir, la reproducción instantánea de música y vídeos desde webs remotas sin necesidad de guardarlos en el disco duro del ordenador. Miles de páginas -legales y alegales- brindan un catálogo ilimitado de programas de software, películas, música y videojuegos. Los éxitos del sitio sueco de canciones Spotify y de la web nacional seriesyonquis de series de televisión son la mejor prueba de que algo está cambiando en la rutina de los consumidores.

Esta tendencia no solo se deja notar en el mercado digital. El mundo de los bienes físicos también está cambiando. Formas de alquiler como el leasing y el renting, hasta ahora territorio exclusivo de las grandes empresas, están comenzando a ser usadas por pequeños negocios y particulares. Incluso el sector de la vivienda, cuya propiedad ha sido el símbolo del desarrollismo español desde la posguerra, debe virar irremediablemente hacia el alquiler ante la falta de oferta (salarios a la baja y contratos temporales o con baja indemnización por despido) y de financiación (la barra libre hipotecaria de los bancos se ha cerrado). En España, solo el 11,4% de los hogares vive de alquiler frente a casi el 40% de la media europea. Sin deducciones fiscales por compra a partir de 2011, el alquiler será la mejor fórmula para acceder a la vivienda.

"Se están dando dos fenómenos paralelos. Por un lado, hay una oferta nueva de los miles de compradores que adquirieron un piso como inversión y que, al no tener salida, lo han puesto en el mercado de alquiler. Por otra parte, hay un aumento de la demanda, porque los posibles compradores no obtienen financiación para la compra, que se ha convertido en un bien escaso, y recurren al alquiler", indica Julio Rodríguez, unos de los mayores expertos inmobiliarios.

Rodríguez apunta también a que los jóvenes urbanos están rompiendo con los prejuicios "franquistas" de que lo importante es tener un piso en propiedad, y apuestan por el alquiler. "Con un sueldo medio de 18.000 euros anuales, ocho veces el precio de la vivienda, no tienen otro remedio que adaptarse".

En Internet la revolución está mucho más avanzada. YouTube, el popular servicio de vídeos online de Google, es el icono. Sus cifras son escandalosas. En mayo, batió su propio récord: cada usuario vio de media más de 100 vídeos del portal. De todos los vídeos que se ven al mes en Estados Unidos, un 43% (14.630 millones) pertenecían a YouTube, según datos de la consultora Comscore.

Le sigue en popularidad Hulu, el portal de streaming que ofrece de forma gratuita películas y series televisivas, que con 1.200 millones de vídeos vistos supera no solo a monstruos de Internet como Yahoo! o Microsoft, sino a los portales de contenidos de cadenas y estudios como Viacom, CBS o Fox. De hecho, las cadenas recelosas de que ese éxito no se traduzca en ingresos, han obligado a Hulu a lanzar este verano un servicio de pago, en el que por 9,99 dólares al mes se podrá acceder a las temporadas completas de las series favoritas, en alta definición y en múltiples dispositivos, como el iPad y el iPhone de Apple y, pronto, en las consolas PlayStation 3 de Sony y la Xbox de Microsoft.

Precisamente, esa explosión de terminales, como los móviles inteligentes o smartphone y las tabletas digitales y miniportátiles con conexión a Internet de banda ancha, favorecen una inmensa oferta de aplicaciones gratuitas o que pueden ser compradas o contratadas bajo licencia por un tiempo determinado. La tienda digital de Apple (App Store) cuenta ya con más de 200.000 aplicaciones y Google, con su mercado para el sistema operativo Android, tiene 50.000 con apenas dos años de vida. Telefónica (Pixbox), Vodafone, Nokia y otros muchos tienen también sus servicios de música online.

El streaming gana adeptos frente a las descargas. Basta un aparato con conexión a Internet para tener una oferta inmensa de contenidos. "Más que sustituir, están coexistiendo: las descargas han tocado techo y no parecen ir a más, pero un porcentaje muy relevante de quien realiza streaming -el 84%- siguen descargando. La cuestión reside en el momento de consumo: la inmediatez favorece el streaming, que se ha visto favorecido por una disponibilidad de contenidos cada vez mayor y una velocidad de conexión en aumento. No saturar el disco duro es un beneficio secundario pero no crítico, mientras que el streaming queda frenado por la calidad de la imagen", dice Felipe Romero, uno de los responsables del informe Televidente 2.0 / 2010, sobre el panorama audiovisual español elaborado por The Cocktail Analysis.

El estudio, auspiciado por Telefónica y Antena 3, señala que entre quienes vienen realizando descargas, un 30% de los internautas españoles declara estar bajándose menos archivos, y la mitad de los usuarios encuestados declara que el streaming es su forma habitual de consumir contenidos audiovisuales de Internet, a los que dedican una media de 6,5 horas "El crecimiento del streaming está teniendo lugar al menos desde primavera de 2009. A corto plazo, ambos modos -descarga y streaming- coexistirán, pero parece claro que el segundo será cada vez más relevante", dice Romero.

El fenómeno no afecta solo a películas y música. La informática está sufriendo la transformación del acceso en remoto. Los programas de software, los archivos e incluso los sistemas operativos que gobiernan las máquinas ya no están alojados en los ordenadores, sino en la propia Red. Es lo que se llama computación en la nube o cloud computing. Los programas ya no vienen en cajas. Se usan desde Internet, sin consumir recursos.

"La colaboración es la fuerza que impulsa el cloud computing y en la era de la web 2.0 lo importante para los usuarios de Internet es poder compartir de forma ágil y rápida todo tipo de contenidos. La nube permite acceder a documentos, fotos, vídeos, etcétera desde cualquier dispositivo con acceso a Internet, en cualquier momento y desde casi cualquier lugar, consiguiendo así una menor dependencia de los datos alojados en el disco duro del ordenador y utilizando la red como lugar de almacenamiento e intercambio de todo tipo de contenidos. Ahora, los usuarios quieren las mismas herramientas, el mismo acceso y el mismo nivel de colaboración tanto en su vida personal como profesional. Ya sea para compartir fotos con amigos, colaborar con los compañeros de trabajo en documentos, o planificar un fin de semana con la familia", señala Javier Rodríguez Zapatero, director general de Google España

Rodríguez explica que Internet y el cloud computing están en el ADN de Google. "Nuestros centros de datos son una ventaja competitiva para hacer realidad nuestro objetivo de organizar la información mundial para que resulte universalmente accesible y útil. El cloud computing es el mayor cambio en los últimos tiempos en el ámbito de la informática e Internet, y va a ser el futuro. Usuarios y empresas se están dando cuenta de que tiene sentido migrar a la nube sin importar que sus motivos sean personales, empresariales o económicos", añade.

El móvil está jugando un papel muy importante en esta metamorfosis puesto que no está diseñado para almacenar programas ni contenidos, sino disfrutarlos online. Según la firma de investigación de mercado IDC, actualmente hay más de 450 millones de usuarios de Internet móvil en todo el mundo, y se espera que esa cifra se duplique en los próximos cuatro años, superando los 1.000 millones en 2013, lo que da una idea del futuro brillante que le espera al cloud computing.

Todo está en la nube. Portales de videojuegos, como Onlive; álbumes de fotos, como Picasa o Flickr; de vídeo, como YouTube o Joost; de cine y televisión, como Hulu, seriesyonquis o Cinetube; de música, como Last.fm, Spotify o Yes.fm, o de eventos deportivos, como Rojadirecta. Muchas de ellas son gratis, lo que facilita su popularidad, y la mayoría funcionan alegalmente (en España, las webs de enlaces no vulneran la ley, según varias sentencias) al margen de los propietarios de contenidos, y unas pocas operan comercialmente merced a los contratos con discográficas y estudios.

"El síndrome de Diógenes digital tiene los días contados. ¿Por qué descargar y almacenar de forma compulsiva archivos musicales sin la certeza de que sean los temas originales, con todos los problemas ligados al deterioro o la pérdida de los soportes físicos, para luego no llegar a escuchar ni la mitad de las canciones, cuando existen alternativas legales para poder disfrutar de forma sencilla de toda la música, en cualquier momento, cualquier lugar. Por ejemplo, un mp3 contiene 32 gigabite de música como mucho, mientras que la base de datos de Yes.fm, con más de 2,5 millones de canciones ocupa 30 Terabite, es decir, 1.000 veces más que cualquier dispositivo de bolsillo", dice Fréderic Terrien, director general de Yes.fm.

Cambiar la mentalidad de que para disfrutar de un bien no es necesario poseerlo, no es exclusivo del mundo digital. También está llegando al mundo físico con fórmulas como el leasing (arrendamiento con derecho de compra) o el renting (alquiler puro y duro). Coches, bienes de equipo, material informático y médico, y cualquier producto que tenga una obsolescencia rápida puede ser susceptible de estas fórmulas.

En la empresa, este modelo está muy instaurado. Desde 2005, una de cada tres inversiones se hace bajo esta modalidad y, con el grifo de la financiación bancaria cerrado, puede ser el modus vivendi de las pymes, como apunta el secretario general de la Asociación Española de Leasing y Renting, Manuel García Fernández. "Tiene la ventaja fiscal de que fraccionas el pago del IVA en el número total de cuotas y te financian el 100% del bien, frente a la compra, que debes pagarlo todo al principio y buscar esa financiación cada vez más escasa, además de una mayor flexibilidad en el calendario de pagos y un tratamiento fiscal favorable".

Con todo, el arrendamiento financiero aún tiene muy poca presencia, ya que la inversión financiada en 2009 bajo esta modalidad alcanzó solo los 7.054 millones de euros. Una de las causas de escasa penetración es que el leasing está vedado a los particulares que, por ejemplo, podrían utilizarlo como método para alquilar una vivienda con opción a compra al final del periodo, como está negociando aquella asociación con el Ministerio de Vivienda.

El renting es la alternativa de las familias, pero tampoco es muy utilizado, aunque tiene unas ventajas evidentes siempre que se haga un uso intensivo del bien. Por ejemplo, alquilar un coche o un equipo informático desentendiéndose de averías, seguros o mantenimiento. El renting de vehículo se ha multiplicado por 100 desde 1990, hasta los 521.000 coches alcanzados en 2009, pero el 96% de los contratos son de empresas.

"Todavía no ha calado entre los particulares, pero le conviene a todo aquel que haga más de 15.000 kilómetros al año y esté dispuesto a cambiar de coche cada cuatro o cinco años", señala Agustín García Gómez, presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos.

El revolucionario francés y uno de los padres del anarquismo Pierre-Joseph Proudhon dijo hace siglo y medio que "la propiedad es un robo". Si viviera hoy, tal vez tendría que escribir que la "propiedad es un engorro".

Ilustración sobre el consumismo
Ilustración sobre el consumismoEULOGIA MERLE

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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