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La sombra de Pío XII turba la visita del Papa a Israel

Los árabes cristianos creen que no es el momento adecuado

Como en su día hicieron Pablo VI y Juan Pablo II, el papa Benedicto XVI viajará a Oriente Próximo como peregrino. Lo hará en mayo. Y salvo que para entonces se produzcan grandes cambios en el conflicto israelo-palestino y en las relaciones entre el Vaticano e Israel, el de Ratzinger tiene visos de convertirse en un viaje rodeado de polémica. Deberá enfrentarse con los grupos judíos que se oponen a la beatificación de Pío XII, al que acusan de callar durante el Holocausto. Y se encontrará con una comunidad cristiano-palestina que le pide protección.

La visita nace de una invitación que el presidente israelí, Simón Peres hizo al Pontífice en septiembre del año pasado. Ayer, en Jerusalén, el patriarca Latino confirmó su aceptación durante su mensaje navideño, según Efe. Y otras fuentes detallaron que el viaje será del 11 al 15 de mayo.

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"El Papa celebrará grandes misas en Israel para promover la paz en Oriente Próximo y la coexistencia religiosa", explicó una portavoz de Peres. Los deseos de paz se toparán con el deterioro de las condiciones de vida de la comunidad árabe cristiana que vive bajo ocupación israelí, y que espera que la visita del Pontífice contribuya a mejorar. "Los cristianos son víctimas de la política israelí. A muchos los fuerzan a irse porque no tienen permiso de residencia y los que lo tienen pero se van por un tiempo, lo pierden", se queja Yusef Daher, director del Centro Intereclesial de Jerusalén. Daher considera que el momento elegido por Ratzinger no es el adecuado -"cuando vino Juan Pablo II en 2000 había voluntad de negociar entre palestinos e israelíes; ahora no"-, y espera que Benedicto XVI exija al Gobierno garantías para proteger a los casi 200.000 cristianos que viven en Israel y los territorios palestinos. Algo parecido piensa Majdi Siriani, de la unidad legal del Patriarcado Latino, quien pide al Papa que "como máxima autoridad moral del mundo exprese su posición sobre el conflicto", al tiempo que se lamenta de que los controles israelíes impedirán a los cristianos acudir a las misas que se celebren fuera de sus ciudades.

Pero a Benedicto XVI le aguarda otro frente diplomático hostil, fruto de la polémica surgida a raíz del proceso de beatificación de Pío XII, a quien ciertos sectores del judaísmo acusan de permanecer callado durante el Holocausto. Así figura en una placa que se exhibe en Yad Vashem, el Museo del Holocausto de Jerusalén, que indica que la respuesta de Pío XII (1876-1958) al asesinato de judíos es controvertida. El Vaticano pidió que se retirara la placa, pero los líderes judíos exigieron para hacerlo poder consultar antes los archivos de la Santa Sede. El rabino David Rosen, al frente del comité judío internacional de relaciones interreligiosas, dijo en conversación telefónica que Benedicto XVI acudirá a Yad Vashem durante su visita. Pero que pasará de largo del museo (donde se encuentra la placa) y visitará sólo el memorial, para evitar tensiones.

Ratzinger, ante la estatua de Pío XII en Roma.
Ratzinger, ante la estatua de Pío XII en Roma.AP

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