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El suicidio asistido de una mujer sana agita Alemania

Un ex ministro de Hamburgo ayudó a morir a una anciana que se sentía sola

El siempre polémico debate sobre la eutanasia activa ha repuntado en Alemania tras conocerse que Roger Kusch, antiguo senador (ministro) democristiano de Justicia en la ciudad-Estado de Hamburgo, asistió el pasado fin de semana el suicidio de una mujer sana de 79 años.

La fiscalía no ve indicios de delito en facilitar veneno a la fallecida

Porque Bettina Schardt, nacida en Berlín en 1928, no padecía ninguna enfermedad mortal ni particularmente dolorosa. En el vídeo presentado por Kusch, la mujer relata que se sentía sola, que carecía de familia y que su mayor miedo era acabar en un asilo. Asistida por el ex ministro, que lo grabó todo en vídeo, tomó primero una solución de valium. Después, una dosis letal de chloroquine, un medicamento antipalúdico. Para terminar, un sirope contra el mal sabor de boca. Tres horas más tarde, cuando Kusch, doctor en Derecho de 53 años, regresó a la sala, Bettina Schardt ya estaba muerta. No tardó el antiguo senador de Justicia, que además es inventor de una "máquina de suicidio", en convocar a los periodistas para anunciar su éxito. En la página web de Asociación de Ayuda para Morir Dr. Roger Kusch, se pueden ver fotos de la anciana sonriente y leerse su currículo.

El catedrático de Medicina Paliativa Christof Müller-Busch describía ayer el caso como una "puesta en escena macabra que da a los ancianos la impresión de que así deben resolver sus problemas". Para Müller-Busch, que preside la Asociación Alemana de Medicina Paliativa, lo que sucedió en Wurzburgo no es una ayuda. "La mujer era mayor y es comprensible que no quisiera ir al asilo", dijo, "pero a dónde iremos a parar si al que tenga este tipo de complicación le ofrecemos un veneno".

Todo indica que el jurista Kusch había consultado el Código Penal antes del envenenamiento de Schardt. La fiscalía no ve indicios de delito en sus actos. Pero este ex ministro que siempre ha abogado por una regulación de la eutanasia análoga a la holandesa o a la suiza, podría, sin embargo, perder su pensión de ex senador.

Tras su expulsión del Gobierno regional en 2006, Kusch abandonó la Unión Cristiano Demócrata (CDU) para dedicarse a su nuevo partido, Centro-Derecha Patria-Hamburgo, y a promover la legalización de la eutanasia con su Asociación de Ayuda para Morir Dr. Roger Kusch. Los 3.520 votos obtenidos en las elecciones regionales de febrero llevaron a disolver su partido.

Cada vez que surge un debate sobre la eutanasia en Alemania es inevitable que se recuerden los programas de eutanasia masiva emprendidos por los nacionalsocialistas, que asesinaron a más de 200.000 personas "indeseables" para el régimen. Kusch, que ayer no atendió las preguntas de este periódico, se considera un proveedor de servicios, la competencia de asociaciones como Dignitas en Suiza, que en 2006 asistió el suicidio de 120 alemanes.

Será difícil que se alcance pronto una reforma legal respecto a la eutanasia en Alemania, dados los escrúpulos políticos a regular por ley cuándo un médico puede acelerar la muerte de su paciente.

Roger Kusch, durante la emisión del mensaje grabado de Bettina Schardt.
Roger Kusch, durante la emisión del mensaje grabado de Bettina Schardt.EFE

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