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Las supuestas reliquias de Juana de Arco conservadas en Francia pertenecen a una momia egipcia

Un equipo de científicos franceses descubre en la revista 'Nature' la falsificación.- Los restos incluyen trozos de madera y lino, una costilla humana y el fémur de un gato

Apenas le dio tiempo a cumplir 17 años cuando convenció al rey destronado de Francia, Carlos VII, de que podría expulsar a los ingleses del país. Encabezó al Ejército del monarca en el sitio de Orleans y otras batallas, inclinando la balanza a su favor en la Guerra de los Cien Años, pero lo pagaría con su vida: atrapada por los ingleses, acabó en la hoguera. Pese a decirse enviada de Dios, fue condenada a muerte por la Inquisición y quemada en la plaza pública el 30 de mayo de 1431, con 19 años. La iglesia católica la convertiría después en santa en 1920, el pueblo la adoptó como heroína, y sus restos fueron guardados como reliquias. Hasta que llegó la ciencia a estropear la leyenda, y descubrió que lo poco que queda de Juana de Arco, la heroína más reverenciada del imaginario popular francés, es realidad una falsificación fabricada a partir de una momia egipcia.

Para no herir el orgullo francés, son precisamente científicos de este país, encabezados por Philippe Charlier, los que firman el descubrimiento en la prestigiosa revista de investigación Nature. Este equipo obtuvo el año pasado permiso de la iglesia católica en Francia para analizar los restos de huesos y ropa que supuestamente pertenecieron a la conocida como Doncella de Orleans.

La leyenda asegura que los restos de la santa fueron arrojados al río Sena, pero otro cuento popular dice que se recuperaron de entre los leños quemados; estas reliquias las ha conservado el arzobispado de Tours. Fueron localizadas en 1867 en una jarra guardada en una farmacia de París, con la inscripción "Reliquias encontradas en la hoguera de Juana de Arco, doncella de Orleans".

Los análisis biológicos, radiológicos y toxicológicos, y las pruebas de datación con carbono 14 a las que se sometieron durante medio año las reliquias sagradas han permitido concluir a Charlier y los suyos que en realidad se trata de despojos de una momia egipcia de entre los siglos III y VI antes de Cristo.

En la investigación han participado también dos perfumistas, Sylvaine Delacourte y Jean Michel Duriez (de las perfumerías francesas Guerlain y Jean Patou, respectivamente), que detectaron rastros de yeso quemado y vainilla en las reliquias. Esto sugiere que el cuerpo sufrió un proceso de descomposición natural y no se quemó. "Podrías encontrar el olor a vainilla en un momia, pero no en los restos de alguien que murió en la hoguera", sostiene Charlier.

Los restos incluyen una costilla humana aparentemente carbonizada, rastros de madera quemada, un trozo de lino y el fémur de un gato (algo que se explicaría por la práctica medieval de arrojar gatos negros a la hoguera de las mujeres quemadas por brujería). Charlier, que trabaja como científico forense en el hospital Raymond Poincaré de Garches, se ha declarado "atónito" por el resultado de las pruebas, y lo ha explicado por el uso que en la Edad Media se daba a los restos funerarios egipcios para fabricar remedios medicinales.

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