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El sur de Europa perderá cosechas, agua dulce y energía hidráulica por las olas de calor

La ONU prevé estaciones más largas y mayor peligro de incendios en la zona mediterránea

El sur de Europa es una de las regiones de las que ha investigado la ONU a las que más perjudicará el cambio climático. Allí, "en áreas que ya eran vulnerables a la variabilidad climática, se darán las peores condiciones, con altas temperaturas y sequías, con reducción de los recursos hídricos, del potencial hidroeléctrico, del turismo veraniego y, en general, de la productividad de las cosechas", señala el documento que la ONU presentó el viernes en Bruselas. También se espera un aumento de los problemas de salud debido a las olas de calor y a los incendios forestales.

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El nuevo informe de la ONU aporta más documentación del que presentó en París hace un mes y medio y dibuja un panorama general, que más tarde desglosa por regiones. "Por primera vez, un amplio rango de impactos climáticos han sido documentados: reducción de los glaciares, estaciones más largas, decrecimiento de especies y cambios en sus patrones estacionales, así como impactos en la salud debido a una ola de calor de una magnitud sin precedentes", apunta el documento.

Los estudios subrayan que "casi todas las regiones europeas resultarán negativamente afectadas por impactos del cambio climático, lo que supondrá un reto para muchos sectores económicos". La ONU prevé que el cambio climático magnifique las diferencias regionales.

Entre las consecuencias negativas están los riesgos de inundaciones interiores y, todavía más frecuentes, las inundaciones costeras. La gran mayoría de ecosistemas y organismos tendrán dificultades de adaptación, y las áreas de montaña experimentarán una reducción de los glaciares, de la cubierta de nieve y, por tanto, del turismo invernal. En estas zonas, la pérdida de especies puede llegar en 2080 hasta el 60%.

Para el sur de Europa, el informe aporta datos contundentes y específicos. José Moreno, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y uno de los autores del informe, resumía el viernes los impactos más significativos que el calentamiento global tendrá en la Península Ibérica: "Reducción de la disponibilidad de agua dulce en todo el sur de Europa; caída del potencial de energía hidráulica entre un 20% y un 50%; disminución del potencial de las cosechas hasta de un 15%; mayor riesgo de incendios forestales e inestabilidad de los ecosistemas, pérdidas de biodiversidad muy importantes, hasta de un 50% en muchas especies y un 90% en el caso de anfibios y reptiles, y destrucción de zonas costeras".

En el norte, el cambio climático, inicialmente, traerá algunos efectos positivos (como la reducción de la demanda de calefacción o el aumento de las cosechas), pero a medida que se acentúe, los impactos negativos serán mayores. En el centro y el este de Europa, las precipitaciones en verano disminuirán y las olas de calor, a las que se asociarán problemas sanitarios, aumentarán.

La Unión Europea, que se propone reducir las emisiones en un 20%, salió de la conferencia de Bruselas con una sólida base para implantar su política de cambio climático ante el futuro. Ésta se basa en tomar las medidas necesarias para evitar que la temperatura media del planeta aumente más de dos grados centígrados.

Es notoria la desigualdad de información con la que cuenta el estudio. Ésta se concentra en los fenómenos relativos a Europa y Norteamérica, y hay una escasez notoria de datos de otras áreas, como gran parte de África.

Concha Martínez, delegada de España en la reunión y responsable de la Oficina del Cambio Climático, destacó que en la versión final del informe se ha mejorado mucho, respecto al borrador, la parte cuantitativa de los impactos, "que se relacionan por primera vez con las temperaturas, los sectores económicos y las regiones".

"El documento es muy importante para España porque reafirma todos los estudios sobre los que basamos nuestro plan nacional de adaptación", añadió. "No hay que olvidar que España es especialmente vulnerable al cambio climático".

ÁFRICA. Mayor escasez de agua y comida

Entre 75 y 250 millones de africanos estarán expuestos a una escasez de agua mayor que ahora. Esto, sumado al aumento de población, supone un agravamiento dramático del problema. También el hambre se agudizará en un continente ya azotado por las hambrunas y la desnutrición, ya que se reducirán las áreas cultivables y las estaciones apropiadas para la agricultura. En algunas zonas las cosechas pueden reducirse hasta un 50% en 2020.

La pesca en los grandes lagos interiores se reducirá. Extensas zonas habitadas del continente están seriamente amenazadas por la subida del nivel del mar y el coste de la adaptación puede suponer al menos el 5% o el 10% del producto interior bruto. "Nuevos estudios indican que África es uno de los continentes más vulnerables a la variabilidad climática", dice el informe.

AMÉRICA LATINA. Extinción de especies tropicales

El calentamiento y la reducción de las aguas superficiales inducirán en el Amazonas oriental el reemplazo de la selva tropical por sabana. La vegetación semiárida del noreste de Brasil y del norte de México será reemplazada por otra de zona árida. En la selva tropical se registrarán extinciones de especies. En las zonas secas del continente, hay riesgo de salinización y desertificación de terrenos agrícolas y todo indica que algunas cosechas importantes decrecerán, al igual que la producción ganadera. Además, se desplazarán algunas reservas pesqueras y los arrecifes coralinos resultarán dañados. Todo ello tendrá un impacto preocupante en la alimentación de la población, que dispondrá de menos agua dulce. Esto último afecta a la agricultura y a la producción de electricidad.

NORTEAMÉRICA. Inundaciones e incendios

El calentamiento de las cordilleras occidentales causará una disminución de las nieves, más inundaciones en invierno que ahora y menos en verano. Incluso aunque el cambio fuera moderado, aumentarán algunas cosechas de un 5% a un 20%, pero con grandes diferencias según la zona. Las cosechas con mayor riesgo son las que están ya cerca de su rango máximo de temperatura o dependen mucho del agua.

Los bosques sufrirán plagas, enfermedades e incendios. Las ciudades con precedentes de olas de calor sufrirán más el fenómeno. La creciente población de edad avanzada corre más riesgo, así como las comunidades costeras, que suman al cambio climático el desarrollo y la contaminación. "El nivel de adaptación actual es irregular y la preparación para el riesgo creciente, baja", especifica el informe.

LOS POLOS. Glaciares más pequeños

El mayor impacto del calentamiento será la reducción del grosor y la extensión de los glaciares y zonas nevadas, con fuertes impactos en los ecosistemas naturales y efectos negativos en las aves migratorias, mamíferos y predadores. En las regiones árticas habrá impactos añadidos, como reducción del permafrost -la capa superficial de hielo que cubre de forma permanente el suelo de las regiones más frías- y de las aguas marinas congeladas, así como aumento de la erosión costera.

Las poblaciones del Ártico tendrán sufrirán impactos negativos y positivos en las infraestructuras y en el transporte, especialmente por las alteraciones en los componentes de la criosfera. En ambos polos, ecosistemas y nichos ecológicos serán especialmente vulnerables ya que se reducirán las barreras para las especies invasoras.

OCEANÍA. Pueblos costeros en peligro

En el sur y el este de Australia, así como en algunas zonas de Nueva Zelanda, la escasez de agua será el factor dominante y se intensificará en 2030. La consecuencia es que habrá pérdidas de biodiversidad en regiones de alto valor ecológico.

Varias comunidades costeras estarán en riesgo por la subida del nivel del mar y por las fuertes y frecuentes tormentas. Sin embargo, si la temperatura no sube más de dos grados, algunas zonas pueden beneficiarse del calentamiento global, especialmente Nueva Zelanda y partes del Sur de Australia. La razón es que sus estaciones agrícolas serán más largas, sufrirán menos heladas, habrá una menor demanda energética en invierno y por tanto aumentará el potencial hidroeléctrico.

La región tiene capacidad para adaptarse a los cambios debido a su buena situación económica y la capacidad científica y técnica.

PEQUEÑAS ISLAS. Turismo amenazado

Por su especial vulnerabilidad, el IPCC hace siempre una reflexión específica sobre las pequeñas islas, donde la subida del nivel del mar exacerbará las inundaciones, las tormentas, la erosión y otros daños. Esto supondrá una seria amenaza para las infraestructuras y las comunidades que viven en ellas. Los científicos están seguros de que los recursos hídricos estarán muy seriamente amenazados. La subida de las temperaturas provocará invasiones de especies no nativas, especialmente en las islas de latitudes medias y altas. Y, sobre todo, el turismo, su base económica, se verá comprometido por el deterioro de la costa y de los corales.

ASIA. Mil millones de personas en riesgo

Los científicos están prácticamente seguros de que el deshielo creciente en el Himalaya va a provocar gigantescas inundaciones y avalanchas de piedra, afectando seriamente a la disponibilidad de agua dulce. Las inundaciones podrán en grave riesgo extensas zonas costeras, especialmente las densamente pobladas de las regiones de los deltas del sur de Asia.

En el Sur y en Sureste continental, la interacción del cambio climático con el rápido crecimiento económico y de población, así como el aumento de las emigraciones a las ciudades, afectarán al desarrollo. Pueden verse afectadas 1.000 millones de personas en 2050. Las cosechas podrían aumentar hasta un 20% en el sureste asiático y extremo oriente, mientras que pueden caer hasta un 30% en Asia central y del sur.

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