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Un telescopio de la NASA capta la primera imagen del nacimiento de una estrella "bebé"

La instantánea tomada por el 'Spitzer' podría arrojar luz sobre la formación de los planetas

El telescopio espacial Spitzer de la NASA ha captado la primera imagen de una estrella embriónica en pleno nacimiento, justo en el momento en que comienza a contraerse y expandirse y a expulsar chorros de gases al espacio. La imagen, tomada con una cámara infrarroja, podría arrojar luz sobre la formación de los planetas, asegura en su página web el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL).

"Es la primera vez que hemos visto claramente el conjunto de gases de forma aplastada alrededor de una estrella en formación", asegura en el portal del JPL Leslie Looney, investigador de la Universidad de Illinois, autor principal de un estudio sobre la estrella fotografiada, que hoy publica la revista Astrophysical Journal Letters. Según este astrónomo, es la primera evidencia de que los gases se aplanan al colapsar dentro de las estrellas y alrededor de los discos de formación de los planetas.

La L1157, que es como se denomina la estrella fotografiada, está localizada a unos 800 años luz, en la constelación Cepheus. Tiene unos 10.000 años de vida, y de acuerdo con las estimaciones de los astrónomos, se convertirá en una estrella formada completamente, con una masa cercana a la del Sol, dentro de un millón de años. El aspecto de esta estrella en la imagen ofrecida por el Spitzer es muy parecido, según los investigadores, al que podría haber tenido el sistema solar en los primeros momentos de su formación.

Un acontecimiento difícil de captar

Las estrellas se forman a partir de gruesas nubes o envoltorios de gases y polvo que se condensan y colapsan dentro de ella. Al tiempo que una estrella crece y se alimenta de materia externa a su envoltorio, comienza a girar cada vez más rápido. Entonces, un disco de materia que servirá para formar un planeta comienza a formarse alrededor de la órbita de la estrella, y mediante chorros de gas, se mantiene la presión acumulada dentro de la estrella. Finalmente, el envoltorio originario se mezcla con el disco giratorio y la expulsión de gases se frena hasta detenerse.

La imagen del telescopio muestra los chorros propulsados en la L1157, que son enormes, ya que la luz tardaría cerca de nueve meses en viajar la distancia de cualquiera de ellos. Las partes más blancas se corresponden con las zonas más calientes de los chorros, con temperaturas de 100ºC, mientras que el color naranja indica regiones que apenas alcanzan los 0ºC.

Normalmente, este acontecimiento ocurre en lugares oscuros del Universo, donde el polvo dificulta la visibilidad, pero el calor que genera el nacimiento de una estrella ha permitido su detección por parte de las cámaras de rayos infrarrojos del Spitzer.

"Captar fotografías de estrellas bebés no es algo fácil, pero ahora que tenemos una nos podemos plantear preguntas sobre si este sistema estelar y sus futuros planetas serán similares a los nuestros", asegura Looney.

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