_
_
_
_
_

Uno de los traficantes de mujeres más peligroso de Europa se fuga de una cárcel holandesa

La Interpol busca a Saban Baran, de nacionalidad turco-alemana, que cumplía 7,5 años de prisión

La Interpol está buscando a Saban Baran, de 38 años, un traficante de personas de nacionalidad turca y alemana, que huyó de Holanda el pasado fin de semana tras obtener un permiso para visitar a su esposa e hijo recién nacido. Considerado uno de los delincuentes más poderosos y peligrosos de su clase en Europa, cumplía una condena de 7,5 años de cárcel por forzar a centenares de mujeres a prostituirse. A pesar de sus antecedentes, y de una fuga anterior a su entrada en prisión, los jueces le dejaron salir contra el parecer de la fiscalía. Los agentes temen ahora que viaje a Turquía, donde estaría seguro. La Haya y Ankara no poseen tratado de extradición.

La escapada ha desatado la furia del Parlamento holandés, que el jueves cargó contra el ministro de Justicia, el democristiano Ernst Hirsch Ballin. A pesar de que éste asegura compartir el criterio de los fiscales, "la independencia de la justicia debe respetarse siempre", dijo ante el Congreso. Los abogados de Baran han revelado que seis jueces avalaron la concesión del permiso de paternidad. Se da la circunstancia de que su mujer es una de sus antiguas víctimas, y la policía teme que el matrimonio mismo formara parte del plan de huída.

Junto con su hermano, Hasan, y varios socios, el fugado obligó a centenares de mujeres a prostituirse en condiciones infrahumanas. Además de pegarles y tatuarles sus iniciales en el cuello para identificarlas, les obligaba a operarse los senos y a abortar. Aunque su negocio se centraba en Holanda, también actuaba en Alemania, Bélgica y Europa del Este. "La justicia parece ignorar lo que un tipo así puede hacerle a sus víctimas", han lamentado los responsables del Centro de Coordinación holandés contra el Tráfico de Mujeres.

Testigos protegidos en peligro

Según ellos, muchas mujeres temen ahora por su vida y han debido ocultarse. "Se les prometió que estarían seguras si declaraban en su contra. Que lo encerrarían. Después de lo ocurrido, ya no confiarán más en las autoridades", han lamentado. Mientras estuvieron cautivas, las mujeres trabajaban todos los días largas horas y eran controladas por un grupo compacto de vigilantes, proxenetas y chóferes.

Los dos hermanos fueron detenidos en Alemania en 2007 y juzgados en 2008. La fiscalía tardó dos años en reunir pruebas suficientes, y había recurrido la sentencia inicial. La consideraba demasiado leve. También tenía información reciente sobre un plan de fuga. De ahí que rechazara la concesión del permiso de visita.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_