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El trágico juego del salto entre balcones

Cuatro turistas han muerto en Baleares al caerse tras una noche de juerga

La escena forma parte de la rutina veraniega balear desde hace años. Un joven turista, extranjero o español, regresa a su hotel de madrugada, después de una larga noche de fiesta y con varias copas de más. Al cabo de un rato, y por razones que nunca quedan del todo claras, se acaba precipitando al vacío desde el balcón de su habitación. En el mejor de los casos, la caída se salda con heridas leves. En otras ocasiones, con lesiones graves. Tristemente, a algunos la juerga les cuesta la vida.

En lo que va de verano, cuatro jóvenes han muerto en circunstancias similares en hoteles de Mallorca e Ibiza. Desde junio, se han producido al menos 30 accidentes de este tipo, tres de ellos en 36 horas. Un británico de 20 años permanecía ayer ingresado en estado crítico en el hospital de Son Dureta (Palma), al que fue trasladado tras caer del segundo piso de un complejo de apartamentos de Platja d'en Bossa, en Ibiza. El suceso ocurrió a las ocho de la tarde del domingo y los amigos del accidentado reconocieron a los sanitarios del 061 que, durante las horas previas, poco después de aterrizar en la isla, habían consumido una mezcla de alcohol, éxtasis y cristal.

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Esa misma madrugada, dos chicos más, ambos de 18 años, se precipitaron al vacío desde sus hoteles en Magaluf, el núcleo preferido por el turismo juvenil británico en Mallorca. Los jóvenes fueron dados de alta ayer, después de restablecerse de contusiones de diversa gravedad.

El fenómeno, que en foros de Internet ha sido bautizado como balconing, no es nuevo. En Baleares, no se ha bajado de una media aproximada de 10 casos durante los últimos cinco veranos. Desde 2008, al menos siete turistas han fallecido al caer desde los balcones de sus hoteles.

"Eso aquí se ha visto desde hace tiempo, pero lo de este año ya parece una plaga", dice el veterano recepcionista de un hotel de Alcudia. "¿Qué pasa? Que llegan bebidos o drogados y continúan la juerga en la habitación. Si los pillas te dicen que han perdido las llaves, pero la mayoría de las veces es que intentan saltar a la habitación de las chicas, o piensan que pueden llegar hasta la piscina". Hace dos años, en otro establecimiento de la zona, un joven sufrió graves heridas en la columna vertebral al lanzarse de cabeza a una fuente de apenas un palmo de profundidad, que confundió con la piscina.

La reciente oleada de casos ha llevado a la consejera balear de Turismo, Joana Barceló, a defender las islas como "un destino seguro". "No se puede buscar una sola causa", sostiene.

En muchos establecimientos turísticos se ha reforzado la seguridad, con barandillas y mamparas de separación entre las habitaciones. "No nos interesa que se nos vea como el paraíso del desmadre", explica el director de un aparthotel ibicenco, que añade: "Si los clientes no hacen caso de los carteles que les exigen un comportamiento responsable y adecuado, los expulsamos".

Vídeo en el que un hombre se tira a la piscina desde una terraza.
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