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La velocidad en las carreteras que rodean Barcelona quedará limitada a 80 por hora

El objetivo de la medida, pionera en España, es reducir un 30% la contaminación en tres años

Miquel Noguer

La Generalitat ha declarado la guerra a los malos humos. El Gobierno catalán prohibirá por decreto a partir de otoño circular a más de 80 kilómetros por hora por las vías rápidas de Barcelona y otros 15 municipios de su área de influencia. Los expertos estiman que ello, junto a otras limitaciones sobre el tráfico en 25 localidades de la segunda corona metropolitana, reducirá un 30% en tres años las emisiones de dióxido de nitrógeno y de micropartículas en suspensión. La iniciativa, que ya ha sido criticada por las asociaciones empresariales, se enmarca en los planes de la Generalitat para cumplir el Protocolo de Kioto.

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El límite de 80 kilómetros por hora afectará tanto a autopistas como autovías, una vez la Generalitat haya realizado la oportuna campaña de sensibilización y se haya modificado la señalización de estas vías. Aparte de la ciudad de Barcelona, l'Hospitalet y Badalona la zona más afectada por las restricciones de velocidad será el sur del área metropolitana, donde se encuentra el aeropuerto de El Prat y municipios residenciales como Castelldefels con un alto grado de movilidad.

Una segunda zona, la situada al norte del área metropolitana y que afectará ciudades como Sabadell, Terrassa, Sant Cugat o Granollers, las limitaciones serán menos severas por el momento. En palabras del consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, "se recomendará" a los conductores no superar los 90 kilómetros por hora. Eso será en una primera fase. Después, a partir de enero de 2009, también se limitará la velocidad a 80 kilómetros por hora los días en que los índices de contaminación sean más altos, sobre todo en periodos anticiclónicos y con viento escaso.

Estas limitaciones temporales, por días o por horas, se harán mediante las indicaciones de los paneles electrónicos instalados en las carreteras principales. En esta segunda zona se hallan vías de importancia como la autopista AP-7, que conecta con la frontera francesa.

Baltasar justificó estas medidas señalando que todos los estudios constatan que la principal causa de contaminación del área de Barcelona "no son los humos de la industria, ni de consumo de energía, sino el transporte terrestre". Coches, autocares y camiones ocasionan el 52% de las partículas suspendidas de menos de 10 micras y el 40% del dióxido de nitrógeno de la zona. Estos dos contaminantes se hallan en una concentración de 50 microgramos por metro cúbico en el área metropolitana. El límite permitido por la Unión Europea es de 40.

Ante la avalancha de críticas de los agentes económicos y asociaciones de automovilistas, Baltasar se mostró tajante. "El plan se hace para cumplir lo dictaminado por la Unión Europea" y añadió: "Si no se toman este tipo de medidas Cataluña no podrá seguir creciendo y no podrán autorizarse importantes proyectos empresariales".

El objetivo de fondo es reducir un 30% las emisiones de dióxido de nitrógeno y micropartículas en suspensión. En el caso de las micropartículas en suspensión, que llegan a los pulmones y afectan al aparato respiratorio, la Unión Europea permite superar el límite de 50 gramos por metro cúbico durante no más de 35 días al año. En la actualidad, y según un estudio de Ecologistas en Acción (Ver EL PAÍS del pasado 8 de julio), Barcelona superó este límite un total de 100 días en 2006. Madrid lo rebasó durante 182 días y Zaragoza, 167.

La prohibición de circular a más de 80 kilómetros por hora es la medida más llamativa de las 73 que forman parte del decreto aprobado ayer por la Generalitat y que también prevé inversiones de 279 millones para llevarlas a cabo. El Gobierno catalán está negociando con ayuntamientos y otros entes públicos, como el Puerto de Barcelona o AENA, gestora del aeropuerto de El Prat, para adoptar medidas de reducción de los contaminantes. Así, está previsto sustituir la maquinaria energéticamente menos eficiente por otra con menor consumo. Ello afectará desde las grúas y vehículos de los estibadores del puerto hasta los vehículos de desplazamiento interno del aeropuerto.

A nivel doméstico, la Generalitat continuará con su plan de subvenciones para que los ciudadanos sustituyan los electrodomésticos menos eficientes por otros de nueva generación.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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