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Los vertidos masivos de aguas residuales sin depurar amenazan el Mediterráneo

El Mediterráneo se ha convertido en un sucio retrete que nadie se atreve a limpiar. El último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente señala que el 80% de las aguas residuales son vertidas sin haber sido tratadas previamente en plantas de depuración. Es en estos centros donde, mediante procesos químicos y biológicos, se separan los contaminantes para tratar de reutilizar el agua y que la parte desechable llegue algo más limpia. A tenor de los datos, esta práctica no se estila demasiado en Europa, donde el 48% de los núcleos urbanos no tiene plantas de depuración adecuadas.

Si además de eso se suman los vertidos sólidos, el crudo y otros derivados del petróleo, la situación del Mediterráneo es, según todas las voces, la más alarmante entre todos los mares del planeta. La organización ecologista Oceana denunció ayer esta desprotección con un dato: sólo el 4% de la superficie protegida en las regiones españolas mediterráneas está en el mar. El resto es toda tierra. "El mar Mediterráneo es vulnerable y sensible. Se hace necesario establecer redes de Áreas Marina Protegidas (AMP) para conservar todo ese patrimonio", señala Pilar Marín, científica marina y autora de un informe sobre la situación de estas zonas presentado ayer. Un AMP es el único escudo legal con el que cuenta el mar. Supone dar a una zona un estatus de protección máxima que implica la conservación y la explotación de sus recursos de manera sostenible. En España son 107 zonas. Del total, 55 están en la Comunidad Valenciana, 13 en Cataluña, 14 en Andalucía, 18 en Baleares y 10 en la región de Murcia. Son las aguas de las islas Baleares la que gozan de más superficie protegida.

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