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Dos víctimas de violencia machista en 24 horas

Un disparo y un apuñalamiento elevan las muertes a 21

Dos mujeres han muerto asesinadas en menos de 24 horas, víctimas de la violencia machista. La última, ayer en Albox (Almería). Un policía local de baja por depresión disparó con una escopeta de caza a su mujer, de 54 años, y se suicidó. La hija de ambos los encontró tendidos en el suelo del garaje de su casa sobre las 2.45. Apenas habían pasado unas horas desde el anterior crimen de género. Ocurrió en Tarragona la noche del jueves. Una joven de 27 años de origen marroquí fue apuñalada repetidas veces por un hombre que pretendía tener una relación sentimental con ella. Murió en una calle del centro de la ciudad mientras la atendían los servicios de emergencias.

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Estas muertes elevan a 21 la trágica cifra de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en 2008, cuando se contabilizan unas 84.000 víctimas con protección judicial. El año pasado por las mismas fechas eran 15.

El rostro del drama de Albox es Joaquín Giménez, un policía local de 61 años. Mató a su esposa, que nunca le había denunciado malos tratos, con una escopeta. Cuando su hija menor los encontró, la mujer yacía sin vida, pero el hombre aún presentaba signos vitales. Falleció horas más tarde en el hospital. El homicida estaba en tratamiento psiquiátrico y se encontraba de baja laboral desde hacía más de un año. Por eso no tenía en sus manos su arma reglamentaria.

En Tarragona, la Policía Nacional y el cuerpo de agentes municipal buscan desde la noche del jueves al hombre, de origen marroquí, a quien la familia de la víctima ha identificado como el presunto autor de las puñaladas. La joven había rechazado en varias ocasiones entablar una relación sentimental con el huido, que había formalizado incluso una petición de matrimonio. El jueves por la noche, cuando fue apuñalada, se dirigía a coger el autobús de vuelta a su casa después de salir de su trabajo en un locutorio. Según explicaron testigos oculares del crimen, dos hombres la asaltaron y se dieron a la fuga a pie después de apuñalarla.

Durante la campaña electoral, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en funciones, Jesús Caldera, admitió que la ley contra la violencia de género es "un buen instrumento, pero no suficiente", para frenar la escalada de muertes y prometió mejorar su aplicación si ganaba el PSOE. La violencia machista había quedado al margen de la agenda hasta que los asesinatos de cuatro mujeres el 26 de febrero obligaron a los políticos a reaccionar.

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