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Los violadores son una 'caja negra' para la psiquiatría

Un estudio revela que sólo en contadas ocasiones padecen alguna enfermedad mental y que, por lo general, tienen una tipología parecida a la mayoría de los delincuentes

-"A. Mi me han caído 10 años, pero tengo un recurso en el Tribunal Supremo".-"¿Y por qué razón le condenaron?"

-"Mire esto es un asunto mío".

Conversaciones como ésta son habituales cuando se le pregunta a un preso condenado por un delito de violación. Los violadores, dentro del particular código interno de las cárceles, son considerados por los propios reclusos como la escoria de las prisiones. En la mayoría de establecimientos penitenciarios están junto con maflosos, confidentes y determinados homicidas, en galerías de protección, sin contacto con el resto de encarcelados.

A pesar de los inconvenientes que ofrecen los estudios científicos sobre la personalidad de los violadores, los médicos psiquiatras Manuel Riobó y Leopoldo OrtegaMonasterio y la psicóloga Belén Brigos han realizado un trabajo preliminar que fue presentado recientemente en el Segundo Simposio Español de Sexología, que se ha celebrado en Barcelona.

Una de las primeras conclusiones del estudio es que los violadores no padecen habitualmente ninguna enfermedad mental y, por consiguiente, no están exentos de responsabilidad penal. "Por lo general", explicó a este periódico el profesor Ortega-Monasterio, "el violador no es un enajenado según lo contempla el artículo 8 del Código Penal. Es decir, en la mayoría de casos, su personalidad tiene la suficiente capacidad para conocer los hechos que realiza y sus repercusiones, y posee suficiente capacidad para controlar su voluntad, de manera que no está afectada su imputabilidad". Por imputabilidad se entienden los requisitos de madurez psicobiológica que hacen que un individuo puede ser responsable de sus actos.

Según expuso el doctor Manuel Riobó en la ponencia presentada al simposio barcelonés, sí se ad vierte en los violadores rasgos psi copáticos como la búsqueda de nuevas sensaciones para deseargar su emotividad, la falta ole temor al castigo y una gran impulsividad.

22 violadores estudiados

En total se ha comparado la personalidad de 22 violadores con la de otros 66 delincuentes comunes y con la de un grupo-control de estudiantes de la Universidad de Barcelona. En el grupo de violadores se ha diferenciado los que única mente están acusados de un delito sexual y los que junto a la viola ción están procesados por otras causas. A cada uno de estos colec tivos se les ha pasado pruebas de susceptibilidad al castigo (los test de Gray y el de Torrubia y Tobeña), así como otras que determinan el grado de interés por la búsqueda de sensaciones (test de Zuckermann). La prueba de Torrubia y Tobefia, profesores de la Univer sidad Autónoma de Barcelona, ha despertado especial interés, por tratarse de un test nuevo que, unavez validado, será un instrumento muy útil para medir determinadas conductas antisociales.

"Estamos viendo en este estudio preliminar", manifestó el profesor Ortega-Monasterio, "que por lo general los violadores tienen una estructura psicopática de personalidad igual que la mayoría de delincuentes. Por psicópatas no debe entenderse locos, sino personas con comportamientos narcisistas muy prirnarios o arcaico, que no han elaborado adecuadamente la instancia ética de la personalidad. Individuos con personalidad muy inmadura, que buscan placeres inmediatos sin prever las consecuencias y con escaso o nulo sentimiento de culpa".

El violador no es generalmente un psicótico o un loco, pues no presenta ni trastornos de contenido de pensamiento ni la agitacion propia del psicótico, que dificultaría casi siempre los adecuados movimientos coordinados para realizar la acción delictiva, a tenor de los casos estudiados.

Sin embargo, puntualmente los peritajes psiquiátricos han descubierto casos de violadores con serios trastornos mentales o con importantes deficiencias mentales.

Éste es el caso de Antonio Martínez Isach, de 25 años, que se declaró autor de la violación y muerte de una joven de 15 años en Mollerusa. El informe emitido por Ramón Pigem, ex director del hospital psiquiátrico de Lérida, era claro en este sentido: "Se trata de un oligofrénico, con un coeficiente intelectual de 50". Martínez Isach agredió a una joven de 15 años cuando regresaba a su casa con su hermana mayor y una amiga. Casi ante la puerta de su domicilio se abalanzó sobre ella y la empujó contra la pared lo que le produjo una fuerte hemorragia y la dejó inconsciente; posteriormente la arrastró hasta el canal que atraviesa la población, donde, tras apalizarla, intentó violarla. Cuando la Guardia Civil encontró a la joven estaba desnuda, con mordeduras en el pecho, el vientre y el cuello. Esta última seccionaba a la yugular.

Mayor sadismo

Independientemente de algunas excepciones muy evidentes, por lo general el violador tiene un grado de psicopatía muy parecida a la del resto de delincuentes. Hace menos de un año la policía detuvo en Barcelona a Pablo Alex, un hombre de 48 años acusado de violar a sus hijas, de 22 y 14 años, y a su hijo de 12, amenazándoles con navajas, un látigos e incluso una pistola de fogueo. Los hechos fueron denunciados por la esposa del agresor. Aunque la policía lo calificó de maníaco sexual, tras los interrogatorios a que fue sometido, el informe forense pedido por el juez expresó muy claramente que "no padece trastornos psíquicos", aunque advertía que se trataba de un alcohólico.

Como advierte el psiquiatra Leopoldo Ortega-Monasterio, "el violador sigue siendo una caja negra, no tiene una tipología estándar; lo que si resulta muy relevante es su gran impulsividad y su alto grado de sadismo, en otros casos se trata de personas con una sexualidad muy conflictiva y con tendencias masoquistas que les hacen buscar el castigo a través de la acción delictiva. Puntualmente existen algunas situaciones o escenarios concretos que favorecen la liberación de la agresividad sexual, como son los estados de embriaguez y algunas situaciones pseudofestivas que favorecen las reacciones gamberriles inadaptadas".

La personalidad antisocial de Francisco López Maíllo

La abogada Anna Milà cree que Francisco López Maíllo presenta rasgos de enfermedad mental, de acuerdo con la irritación cerebral que se deduce de un último electroencefalograma que le ha sido practicado al llamado Violador del Ensanche de Barcelona, e incluso ha vuelto a pedir que se le practique a su defendido la prueba de las hormonas. El próximo miércoles, día 8 de mayo, la sección tercera de la Audiencia Provincial de Barcelona verá la causa que se sigue contra López Maíllo, un joven para el que el fiscal pide 759 años de prisión, por un total de 39 agresiones sexuales consumadas. El violador del Ensanche, que llevó en jaque a la policía barcelonesa durante meses y que creó una auténtica psicosis en los barrios del centro de la ciudad, no es -según los cinco psiquiatras- que lo han visto un enajenado.Los psiquiatras Jorge Jornet, Juan Bautista Eche, Tomás Arranz y Leopoldo Ortega-Monasterio destacaron en su informe de once páginas entregado al juez Manuel Saez Parga que"fue criado con frecuencia por una cuidadora, ya que los horarios de sus padres les impedían ocuparse de él durante la jornada, y hacia los tres años sufrió un estado de deshidratación que, al parecer, estuvo en conexión con los deficientes Cuidados alimenticios que recibía bajo la maternidad mercenaria". Más adelante advierten que "desde el inicio de la edad escolar aparece una conducta deficientemente adaptada, con carencia de introyección de las normas establecidas, y sin rnostrar apenas capacidad de respuesta ante las pautas orientativas y punitivas que le fueron impuestas por el medio familiar y escolar". A los 8 años fue encerrado en un correccional donde sufrió castigos y convivió con muchachos que "fueron modelo de aprendizaje de conductas inadaptadas con respecto a los códigos socialmente establecidos". El peritaje señala que no salió del correccional hasta los 16, que después sus padres le consiguieron un empleo de camarero, que vivió a salto de mata tras dejar el trabajo y que a los 20 fue detenido, acusado de robo y de agredir a mujeres.

Personalidad desajustada

Aunque su cociente intelectual es normal, el informe refleja que "su personalidad es muy desajustada y con demanda de ayuda psicológica", con "una personalidad antisocial", si bien "no presenta síntomas de estar afecto de ningún tipo de trastorno mental alienante, en el sentido de que no hay ideas delirantes, ni alucinaciones, ni retraso mental profundo, ni afectación del nivel de conciencia de origen epiléptico ni, en suma, de ningún tipo de trastorno que permita conceptuarlo como enajenado". Y advierte que en el periodo de los hechos que se le imputan "era consciente de los actos que realizaba y tenía capacidad de controlar los vectores intencionales de la voluntad".

El sexólogo Josep Maria Farré hizo un dictamen posterior que explicaba que podría existir una violación de! tipo mixto "para afirmar su poder -se trata de una personalidad antisocial, pero con poca asertividad, o sea, escasa capacidad de ascendencia social lo cual explicaría en parte su ansiedad- y para un desquite mediante la ira -perseguir la venganza degradando y humillando a unas mujeres que, en general, no le han expresado exceso de afecto a lo largo de su vida-...". Serían las suyas unas conductas sexuales al servicio de necesidades no sexuales.

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