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Entrevista:ENTREVISTA

Carol Bartz: "Por cada programa vendido, nos roban entre cinco y ocho copias"

La directora general de Autodesk financia programas de ciencias para mujeres en los colegios: "Tenemos que usar el 100% del poder de los cerebros del mundo y no perder el 50% por culpa de los estereotipos"

Ana Pantaleoni

Carol Bartz lleva 13 años al frente de Autodesk, una de las compañías representativas en el mundo del software. Con su experiencia tiene poco tiempo para las contemplaciones. A la piratería no le llama así, que le parece algo romántico, sino simplemente robo. Y del software libre tampoco tiene una opinión mucho más suave: "Las personas que ayudan con el software libre son las personas que están siendo pagadas durante el día por empresas como Autodesk. Si no tuvieran a alguien que les paga un salario no creo que estuvieran tan ansiosos por el software libre".

"Si miras alrededor de esta habitación, mis clientes lo han hecho todo. No es sólo un edificio, es ese reloj, esa manivela de la puerta". Carol Bartz habla con entusiasmo de la que es su casa desde 1992, la compañía de software Autodesk, con 3.661 empleados y una facturación de 1.234 millones de dólares. Bartz lleva al frente de Autodesk más de una década. Su producto estrella, Autocad, un programa para el diseño industrial que salió a la venta en 1982, lleva 20 versiones. Bartz además financia programas de educación para mujeres. "Estoy invirtiendo en palabras. Trato de usar mi posición para asegurarme que las mujeres estén educadas en matemáticas y ciencias. Tenemos que usar el 100% del poder de los cerebros del mundo y no perder el 50% por culpa de los estereotipos".

"Una de las formas en que me gusta describir nuestro trabajo es: 'Si Dios no lo hace, lo hará un cliente. Ayudamos a nuestros clientes a hacer su trabajo".
"Autocad supone el 40% de nuestro negocio, el 25% viene de la industria manufacturera, el 20% corresponde a infraestructuras y el 15% al ocio"

Pregunta. Cuando llegó a Autodesk en 1992, el 90% del negocio se concentraba en un programa, Autocad. ¿Sigue igual?

Respuesta. Autocad supone el 40% de nuestro negocio, el 25% viene de la industria de manufacturación, el 20% corresponde a infraestructuras y el 15% responde a ocio.

P. ¿Dónde está el secreto del éxito de Autodesk?

R. Una de las formas en que me gusta describir nuestro trabajo es: 'Si Dios no lo hace, uno de nuestros clientes lo hará'. La verdadera historia es que ayudamos a nuestros clientes a hacer su trabajo. Si su trabajo es construir una carretera, si podemos ofrecerle una solución para hacerlo más rápidamente y de manera más beneficiosa, entonces ambos ganamos. Todo lo que hacemos es esencial para lo que pasa en el mundo.

P. ¿Más de una década al frente de una empresa, no es mucho tiempo?

R. Hemos pasado por varias transiciones. Una fue ir más allá de Autocad y acercarnos a otros mercados para no ser simplemente sólo una plataforma general. La siguiente transición tiene que ver con la forma en que se usa el talento en todo el mundo y cómo utilizar los recursos. Las fronteras desaparecen. Necesitas unas buenas herramientas y cuando la red es lo suficientemente grande para el tipo de información que nuestros clientes crean, entonces podemos estar conectados y no sólo usar el papel. Eso cambia completamente la función de nuestra empresa. El siguiente paso es el movimiento de 2D a 3D. En tres dimensiones puedes entender la construcción de un edificio.

P. ¿Dónde se encuentra la competencia de Autodesk?

R. Cada uno de los sectores tiene su competidor, pero no hay uno solo. A largo plazo, lo que el cliente querrá es el modelo del edificio y todo lo que se puede construir en ese edificio en un único sistema. Y nosotros seremos la única compañía que sabrá hacerlo.

P. Vivimos en un mundo de compras y fusiones. ¿Autodesk se mantiene inmune?

R. Somos la segunda compañía de software de ordenador más antigua, después de Microsoft. El retorno de la inversión para nuestro cliente se traduce en productividad. En la mayoría del software no puedes decir eso. Especialmente en los programas empresariales, la gente trata de saber si ha valido la pena la compra. Cuando piensas en un ingeniero que se sienta frente al ordenador 40 horas a la semana, si puedes darles un 20% de productividad, le salvas un día.

P. ¿Todos sus programas ganan dinero?

R. No todos, pero nuestros programas principales generan dinero y usamos sus beneficios para nuevas ideas.

P. ¿Cómo está luchando contra la piratería?

R. Prefiero llamarlo robo. El término piratería suena muy romántico. Nuestra compañía invierte 250 millones de dólares al año en desarrollo. Cada vez que alguien nos roba un producto, significa que fabricamos algo gratuitamente. Eso es una locura. Se intenta evitarlo técnicamente, pero saben cómo romper códigos y penetrar en los productos. La educación es otra forma de lucha, apelar a la gente para que entienda que el software no sale del aire, que empleamos dinero para hacer un buen programa. Por cada copia de software vendida, nos roban entre cinco y ocho.

P. Algunos excusan la piratería con el alto precio de los programas...

R. Una vez que que has comprado un programa de Autocad, pagas 450 euros al año por uno nuevo. ¿Cuatrocientos euros frente al precio de un edificio?, ¿cómo se puede considerar caro?

P. ¿Cuál es su postura frente al software libre?

R. Mi madre siempre me decía que se consigue lo que se paga. Las personas que están ayudando ahora con el software libre son las personas que están siendo pagadas durante el día por empresas como Autodesk. Si no tuvieran a alguien que les paga un salario, no creo que estuvieran tan ansiosos por el software libre. Usted podría hacer periodismo libre, pero ¿cómo comería? La forma en que se practica el periodismo libre hoy en día es que recibe un salario durante el día y por la noche hace sus weblogs.

Carol Bartz.
Carol Bartz.JORDI ROVIRALTA

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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