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España baja al puesto 25 en la lista mundial de competitividad tecnológica

La encuesta internacional abarca 66 países.- El año pasado, España ocupaba el puesto 23.- Estonia e Italia la han adelantado

España baja al puesto 25 de la lista mundial de Competitividad Tecnológica 2009, perdiendo dos posiciones con relación a la clasificación de 2008. Aunque obtiene un incremento de 1,1 puntos (47,4 sobre un máximo de 100) con respecto a 2008, en el conjunto de las distintas variables que determina el nivel de competitividad tecnológica de los países se ha visto superada por Estonia (23) e Italia (24).

A nivel de Europa Occidental, España baja dos escalones pasando de la decimotercera a la decimoquinta posición, según un estudio de The Economist Intelligence Unit, empresa del grupo editor de The Economist, y patrocinado por Business Software Alliance (BSA). El estudio analiza 66 países. La mayoría de los veinte primeros países se mantienen con respecto al año anterior, excepto Austria, que ha pasado del 18 al 22, intercambiando su posición con Bélgica. Estados Unidos vuelve a ocupar el primer lugar, mientras que Taiwán desciende de la segunda a la decimoquinta posición. Suecia, Canadá, Holanda y Finlandia, por este orden, encabezan la lista junto a Estados Unidos.

En un comunicado, Luis Frutos, presidente del comité español de la BSA, afirma que "somos conscientes del gran trabajo que se está llevando a cabo tanto desde la Administración como desde las empresas en pro de un mayor desarrollo tecnológico de nuestro país, pero este nuevo ránking constata la necesidad de redoblar los esfuerzos para el crecimiento". El estudio revela que España mantiene una buena posición en lo que se refiere a entorno global de negocio (87,4 puntos sobre 100) y capital humano (47,9 sobre 100). En estos dos aspectos, nuestro país figura entre los 20 primeros de los 66 analizados; sin embargo, obtiene sus peores registros en los capítulos de infraestructura tecnológica (45,6 sobre 100), y, especialmente, en temas de fomento del I+D (10,6 sobre 100). Entre las conclusiones del estudio figuran la necesidad de un acceso a un ancho de banda rápido y fiable; invertir en la formación de los trabajadores; evitar un proteccionismo excesivo yproteger la propiedad intelectual.

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