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Reportaje:

Gestión inteligente del día a día

A mediados de los años noventa, Internet despegó porque había llegado su momento tecnológico. Por fin habían dado sus frutos años de progreso constante en el desarrollo de ordenadores potentes y más baratos, programas de red y enlaces de comunicaciones más rápidos.

Los expertos afirman que actualmente se percibe un patrón similar respecto a lo que se ha dado en llamar "infraestructura inteligente": sistemas de gestión más eficiente y de menor impacto medioambiental para gestionar, entre otras cosas, el transporte de pasajeros de cercanías, la distribución de alimentos, las redes eléctricas y las vías fluviales. Esta vez, los ingredientes tecnológicos cruciales son sensores de bajo coste y programas inteligentes de análisis y visualización, así como potencia informática.

Potentes sistemas aportan eficacia a las infraestructuras

Los sensores inalámbricos pueden recoger y transmitir información de cualquier objeto: por ejemplo, carreteras, cajas de alimentos, líneas eléctricas y tuberías de agua. Y la mejora de los programas informáticos ayuda a interpretar el enorme flujo de información. Según los expertos tendrán como ventaja grandes reducciones en el gasto energético, en la emisión de gases de efecto invernadero y en el consumo de recursos naturales.

La infraestructura inteligente es un nuevo horizonte para la tecnología informática. Los ordenadores han demostrado ser poderosas herramientas de cálculo y comunicación. El siguiente paso, afirman los expertos, es convertirlos en instrumentos de control inteligentes, enlazándolos con sensores generadores de datos en toda la infraestructura mundial.

"Estamos entrando en una nueva fase de la informática, en la que los ordenadores interactuarán con el mundo físico más que nunca", afirma Edward Lazowska, catedrático de ciencias informáticas en la Universidad de Washington.

IBM, con sus grandes laboratorios de investigación y servicios tecnológicos, es la que más experiencia tiene en la más amplia gama de proyectos de infraestructuras digitales. Muchos de sus proyectos más avanzados se encuentran en Europa, donde los costes energéticos son mayores que en Estados Unidos. Pero si bien Europa va unos años por delante, en Estados Unidos el interés y la inversión están creciendo, comenta Sharon Nunes, científica que dirige el grupo de innovaciones medioambientales de IBM.

En el sector de los servicios públicos, IBM ha establecido con varios gobiernos y empresas programas de "redes inteligentes" en los que usa sensores, programas informáticos y contadores informatizados en las viviendas para mantener las redes eléctricas y reducir el consumo de energía.

En el terreno de la distribución, IBM trabaja con productores y vendedores de alimentos para empezar a reducir los 48.000 millones de dólares en alimentos que se tiran al año en EE UU. En Noruega, tiene con el mayor proveedor de alimentos del país un proyecto que usa etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) y un programa informático de seguimiento por Internet para optimizar los envíos del productor a las estanterías de los supermercados .

En la actualidad, IBM está construyendo sistemas de tráfico inteligentes en ciudades como Londres y Brisbane, Australia, pero su mayor éxito ha sido en Estocolmo. En 2006, Estocolmo probó a imponer una tasa por congestión, cobrando a los coches hasta 20 coronas suecas (1,9 euros) por entrar en el centro, dependiendo de la hora. Los coches se vigilaban con tarjetas RFID y cámaras de videovigilancia que fotografiaban las matrículas. Los conductores tenían que pagar en un plazo de dos semanas o recibían una multa, pero IBM enlazó los datos de los conductores con 400 tiendas de la ciudad para facilitar el pago.

A las pocas semanas, el impacto en Estocolmo era evidente . El tráfico rodado en el centro de la ciudad se ha reducido un 20%, las emisiones de dióxido de carbono han caído un 12%, y el sistema de transporte público de la ciudad tiene a diario 40.000 pasajeros más, según IBM. Las cámaras de videovigilancia leían las matrículas bien en más del 95% de los casos. Por consiguiente, las tarjetas RFID ya no están en uso. Una vez contabilizados los gastos, el sistema de tráfico inteligente le genera a la ciudad 71 millones de euros (740 millones de coronas) al año.

En Ámsterdam, el Ayuntamiento intenta convencer a los residentes de que se queden cerca de casa en lugar de cobrarles por trasladarse. Como parte de un proyecto de "ciudad inteligente", Ámsterdam trabaja con Cisco y otras empresas para crear centros de trabajo remotos de alta tecnología.

En septiembre se inauguraba un centro de trabajo inteligente en Almere, cuyos residentes se trasladan diariamente a Ámsterdam para trabajar. El centro está equipado con estaciones de trabajo informáticas conectadas con Internet de alta velocidad, sistemas de videoconferencia de alta definición y guarderías.

Hasta los ferrocarriles, una tecnología del siglo XIX, están introduciendo más inteligencia de alta tecnología. En un ensayo realizado con una gran vía férrea estadounidense, GE usa sensores en las vías, las vías muertas y las locomotoras; avanzados modelos informáticos; y programas de optimización para mejorar el flujo de tráfico en toda la red ferroviaria.

"Tanto los trenes como las vías evolucionan para ser cada vez más inteligentes", explica Christopher Johnson, experto de los laboratorios de investigación de GE.

En un laboratorio de IBM en Hawthorne, Nueva York, un sistema de gestión de tráfico similar a los de Estocolmo, Ámsterdam y Singapur.
En un laboratorio de IBM en Hawthorne, Nueva York, un sistema de gestión de tráfico similar a los de Estocolmo, Ámsterdam y Singapur.JOYCE DOPKEEN (NYT)

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