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¿Una alternativa al DRM?

Los expertos estudian un nuevo sistema, más permisivo, de protección de contenidos digitales

En un intento por controlar los contenidos digitales y atacar la piratería las grandes compañías apostaron por una tecnología que impedía que el usuario copiara o distribuyera libremente sus archivos, la DRM (Digital Rights Manager). Ahora un grupo de especialistas evalúa la viabilidad de un posible sustituto de este controvertido sistema: la Digital Personal Property (Propiedad Personal Digital).

La DRM se basa en hacer que el uso de un archivo tenga una serie de condiciones. Aún pagando por el contenido, este sistema impide la libre copia y obliga a usar estos archivos bajo las condiciones del distribuidor. Apoyado por compañías como Sony o Apple, el sistema ha sido duramente atacado por multitud de organizaciones (entre ellas la Fundación de Software Libre) que consideran que esta tecnología vulnera seriamente los derechos de los consumidores. Ahora la IEEE, una organización tecnológica sin ánimo de lucro, está estudiando una nueva propuesta que podría suponer una alternativa al DRM, la DPP. La Digital Personal Property es un sistema que permite copiar libremente pero que precisa de una clave de acceso a los contenidos. La clave no se puede copiar, pero sí se puede transferir a quien se quiera.

Paul Sweazy lidera el grupo de evaluación de la DPP en el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), la mayor organización dedicada al estudio de las nuevas tecnologías en el mundo. "La gente entiende que los propietarios de los derechos quieran establecer restricciones, pero no quieren que se les diga cómo y con quién compartir sus contenidos" afirma Sweazy en un artículo de la web Arstechnicha.

La tecnología DPP funciona de la siguiente manera: el contenido protegido consta de dos elementos, una carpeta con el archivo en cuestión y una clave a la que acceder a través de un enlace. La carpeta con los archivos se puede copiar y compartir sin restricciones, pero para poder disfrutar de su contenido hay que transferir la clave, que no puede ser copiada, sólo movida. Para Sweazy esto resuelve la mayor cantidad de problemas del DRM.

La IEEE tiene seis meses para decidir si vale la pena apoyar el proyecto y si la idea es tecnológicamente viable. También tendrán que decidir si es políticamente viable; este tipo de sistemas deben ser apoyados por los responsables de software y hardware.

No todos lo ven tan claro. Según Nate Anderson, de Arstechnicha, la DPP podrá ser vulnerada y en el fondo se convertirá en otro DRM: un inconveniente para los usuarios que pagan por los contenidos y ningún obstáculo serio para aquellos decididos a piratearlos.

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