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Andreas Prittwitz

Músico alemán afincado en España, solista de flauta, protagoniza junto a Victoria Vera la película 'El vivo retrato' Nació en Múnich hace 25 años y lleva siete España. Como músico ha hecho de todo. Ha sido solista de flauta en el Real, ha hecho jazz en los clubes madrileños y ha tocado con Miguel Ríos en sus giras rockeras. Esa versatilidad le ha llevado ahora a Andreas Prittwitz a pasarse al cine. De momento ha abandonado sus instrumentos musicales para rodar como protagonista en Asturias su primera película, titulada El vivo retrato, en la que comparte honores estelares con la actriz Victoria Vera.

"Me parece un desperdicio dedicarse solamente a una clase de música, especializarse. A mí me han interesado siempre todos los géneros y todas las épocas, desde el barroco al rock duro". Su trayectoria personal basta para probar que no habla en vano.Andreas Prittwitz se considera ya más madrileño que alemán. Su padre trabajaba en el Instituto Goethe, lo que hizo que la familia residiera sucesivamente en Grecia, Chile, Brasil y, por último España. "Cuando llegué aquí tenía 18 años y me integré perfecta mente, de modo que cuando mis padres se fueron yo me quedé Sólo voy a Alemania cuando tengo que hacer alguna grabación, de tarde en tarde".

Estudió música clásica en Friburgo y se especializó en flauta barroca, pero pronto sus veleidades le llevaron al saxo e incluso a la guitarra española. Recién llegado a nuestro país fundó el Trío Barroco de Madrid y formó parte del Atriu Musicae, con el que tocó en el festival de Salzburgo pero su curiosidad musical hizo que acompañara en sus giras a Miguel Ríos, Luis Eduardo Aute o Suburbano; que formara el grupo Jazz el Destripador; que interpretara la banda sonora de la película Lulú de noche, o que se metiera a productor, faceta en la que vela ahora por el futuro de Javier Batanero y del grupo de rock Los Toreros Muertos.

"Me gusta el ambiente musical español. Sólo echo de menos la seriedad en el trabajo, la disciplina, la profesionalidad, sobre todo entre quienes hacen música moderna. También es cierto que, en compensación, hay aquí intuiciones de las que salen cosas de gran calidad".

Por si no era suficiente ejercicio de versatilidad interpretar a Vivaldi y hacer rock, Andrea Prittwitz se inicia ahora como actor cinematográfico en la película de Mario Menéndez El vivo retrato, que se está rodando actualmente en Asturias y se estrenará a mediados de año. "En cine sólo había hecho figuración. Ahora soy el protagonista, encarno a un científico alemán. Me da un poco de miedo, pero me atrae mucho esta experiencia".

La noticia de su debú cinematográfico debe haberse corrido, porque ya tiene una oferta para otra película. "Tengo también pendiente grabar un disco con Jazz el Destripador y otro en solitario, donde haré rock discotequero y donde quizá también cante. Luego, en verano, quizá me vaya de gira con alguno de los grandes".

"Ya no tengo previsto seguir más estudios musicales. Ahora, cuando tengo tiempo libre, me dedico a jugar al tenis y al pingpong. ¿Para ejercitar los dedos y las muñecas? No, hombre, por diversión".

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