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Aparecen en Francia los cadáveres de dos policías españoles

Todo induce a pensar que los dos cadáveres encontrados a última hora de la tarde del lunes en la playa vascofrancesa denominada La Chambre d'Amour, en el término municipal de Anglet entre Biarritz y Bayona- son de los dos policías españoles (Jesús Martínez Martínez y Jesús María González Ituero) desaparecidos el 4 de abril del pasado año, a las puertas de un cine de Hendaya.

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El hallazgo fue obra de cinco jóvenes, que con ayuda de palas se dedicaban a la búsqueda de material bélico, que en dicha zona se encuentra con cierta facilidad debido a que los alemanes construyeron durante la segunda guerra mundial varias fortificaciones de costa. Este grupo de chicos y chicas dio con una masa oscura que resultó ser un cadáver, á tan sólo quince centímetros de profundidad. A escasa distancia se encontraba el otro.Inmediatamente dieron aviso a la policía que procedió a levantar los cuerpos en presencia del juez. Ambos llevaban las manos atadas a la espalda y en sus ropas podían apreciarse vestigios de etiquetas, españolas.

"La ropa -manifestó ayer a el PAIS el comisario de Bayona, señor Izombárd- guarda un cierto aspecto con la que debían llevar los dos policías. Por esta razón hemos establecido ya contacto con la policía española. Hasta el momento no se ha procedido, sin embargo, a la identificación definitiva ni se ha efectuado la autopsia, que probablemente se llevará a cabo hoy. "

Las etiquetas españolas de la ropa han sido, al parecer, la primera pista que ha llevado a desempolvar el caso de los dos policías desaparecidos hace un año. Pese a lo, que señala el comisario lzombard, la policía donostiarra declaraba, sin embargo, ayer, que ni ellos mismos sabían con exactitud la ropa que llevaban ambos en el momento de su desaparición, por lo que la identificación tendrá que verificarse en base a otros datos personales.

Seis meses bajo tierra

Hemos podido conocer, por otra parte, que el jefe superior de policía de Bilbao y el comisario jefe de San Sebastián viajaron ayer tarde a Bayona para contactar directamente con las autoridades policiales francesas. Su primera impresión -según se nos informó en medios oficiosos donostiarras- es que los dos cadáveres podían llevar bajo tierra unos seis meses, pero esto no impide que pueda tratarse de los dos policías desaparecidos el 4 de marzo del pasado año, «ya que los restos orgánicos se conservan mejor en un medio salino y esto puede desfigurar a primera vista el tiempo que llevan enterrados».Aunque nadie se atreve todavía a dar una respuesta definitiva, «la impresión es -se nos dijo- que efectivamente se trata de Martínez Martínez y González Ituero». El padre del primero fue avisado ayer por la policía española para que se trasladase a San Sebastián a fin de identificar él cuerpo de su hijo.

Casi con toda seguridad hoy, o a lo más tardar mañana -sólo depende de cuándo se efectúe la autopsia-, se daná a conocer una nota oficial para confirmar que en efecto los dos cadáveres corresponden a los de los dos policías españoles, cuya desaparición fue atribuida a ETA en medios oficiales de nuestro país. Esta organización negó, sin embargo, en todo momento, que tuviera relación alguna con el asunto y llegó a señalar que se trataba de una operación montada desde el Ministerio de la Gobernación para desatar una campaña represiva en el vecino país, contra los refugiados vascos.

En medios próximos a los, refugiados vascos en el sur de Francia, se nos comunicó ayer que «ETA nunca ha reivindicado la desaparición de los dos policías». Declararon asimismo que hasta ayer tarde la policía francesa no había contactado con ningún refugiado vasco en torno a este tema, aunque ellos conocían ya el descubrimiento de los cadáveres en un bunker alemán de la guerra, y que llevaban ropa española.

«No está demostrado -añadieron estas fuentes- que se trate de los policías desaparecidos en Hendaya, aunque bastantes indicios parecen apuntar en su dirección. De todos modos, nosotros suponernos que ninguno de ellos investigaba hechos relacionados con la resistencia vasca, sino que indagaban el mundo del hampa: las drogas, evasión de divisas y otros negocios de este tipo que se mueven en torno al casino de Biarritz.»

Los dos inspectores -José Luis Martínez Martínez, de 31 años, natural de Calatayud (Zaragoza), y Jesús María González Ituero, de veintiséis años, nacido en la localidad segoviana de Madrona- llevaban tan sólo seis meses y seis días, respectivamente, en el Cuerpo General de Policía de San Sebastián cuando desaparecieron el 4 de marzo del pasado año.

Al cine a Hendaya

Aquel día, domingo, ambos atravesaron a pie la frontera francesa, tras depositar sus armas en una de las casetas de la policla española, sobre el puente internacional de Santiago, entre Irún y Hendaya. Según afirmó luego la policía española, pretendían ver una película en Hendayá. Ninguno de los dos se presentó aquella noche a sus puestos. Al día siguiente, el cónsul de España en Bayona presentaba una denuncia por secuéstro de los dos inspectores ante las autoridades francesas.La policía del vecino país inició inmediatamente la búsqueda de los dos desaparecidos mediante un impresionante despliegue de controles en las carreteras, y dirigió sus pesquisas entre los mediso frecuentados por los refugiados españoles. Más de cuarenta exiliados fueron a prestar declaración en los días sucesivos, y al menos una docena de ellos fueron retenidos por espació de varios días.

El 7 de abril, la agencia Europa Press difundía la noticia de que la documentación de los dos inspectores desaparecidos había sido hallada por la policía francesa en el domicilio de un miembro de la rama político militar de ETA en el curso de un registro. En la misma fecha circulaban también rumores de que un comando no identificado había intentado secuestrar a Alvaro Moreno Bergareche Pertur, que desaparecía varios meses después, a finales del pasado verano.

Un mes después de la desaparición de los dos policías se publicaba en la prensa la noticia de que varias personas afirmaban haber presenciado cómo dos jóvenes, cuya descripción concordaba con las de los desaparecidos, habían sido abordados a la entrada de un cine de Hendaya por un grupo de hombres armados que les habían obligado a introducirse en un coche.

Las pesquisas de la policía francesa no dieron ningún resultado concreto y el asunto quedó prácticamente archivado. Hace tan sólo unas semanas, el padre de Jesús María González dirigió una carta al Rey rogándole que hiciese todo lo posible por esclarecer el asunto.

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