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GENTE

Carole Bouquet

'Chica Buñuel', 'mujer Chanel'

Andrés Fernández Rubio

Cuando empezó en el cine, en una primera película que fue la última de Luis Buñuel (Ese oscuro objeto de deseo, 1977), Carole Bouquet tenía 18 años y una inseguridad que el carisma del cineasta aragonés la ayudó a superar. Su período de transición fue Sólo para tus ojos (1981), convertida en chica Bond, y desde 1986 es mujer Chanel, tras la firma de un contrato que la acredita como "embajadora en exclusiva del perfume número 5 de Chanel en el mundo".Al porqué de este título no es difícil responder. Carole Bouquet, que ayer estuvo en Madrid para promocionar un filme de Bertrand Blier en el que actúa, Demasiado bella para ti, de próximo estreno, viste, se mueve y se expresa con una elegancia en la mejor tradición francesa.

Al principio no parece demasiado guapa, porque lleva unas extrañas gafas de cristales gruesos. Cuando se las quita para posar es cuando se desvela el misterio: una acentuada miopía. Sus esfuerzos para querer ver acaban atrapando a quienes la miran, y entonces resulta comprensible que Carole Bouquet esté considerada como una mujer de belleza extraordinaria.

"Estaba en una escuela de teatro cuando un hermano de Paco Ibáñez me dijo que en España Buñuel estaba buscando a una actriz", recuerda. "En la oficina de producción no me aceptaron, pero aun así dejé unas fotos. Al mes me llamaron para decirme que Buñuel quería verme. Me volvieron a decir que no, y sólo al cabo de otro mes, ya iniciado el rodaje en Madrid, me avisaron para que tomara el primer avión". Carole Bouquet reconoce haber pasado cuando rodaba por períodos de angustia y paranoia, hasta el punto de que "cuando más me decía Buñuel que lo estaba haciendo bien más pensaba que me estaba mintiendo". Pese a las dudas, acabó por darse cuenta de que entre el viejo cineasta y ella se había establecido una relación mental inexplicable muy positiva; no tuve ningún problema por ser objeto para alguien como él, un genio que me ayudó a ganar tiempo porque me enseñó a ir directamente a lo esencial".

Bouquet dice haber atravesado más tarde por un período en el que necesitaba romper la imagen de bella glacial que le acarreó aquella película, "por que entre otras cosas ya no tenía enfrente a directores como Buñuel". Su filmografía es breve, y su contrato con Chanel le dio confianza "en un momento en el que se produjo un bache en mi vida profesional". "No fichaban a una modelo", agrega, "sino que apostaban por una persona. Me ayudó pensar que habría alguna razón por la que se decidieran a invertir en mi imagen".

Bouquet dice que "un perfume siempre es la memoria". Y su memoria de Chanel número 5 está relacionada con la artesanía y no con la industria, ya que quiso asistir al proceso de fabricación desde el momento mismo en que se recolectan las plantas. "Por eso mis sensaciones sobre el perfume tienen colores, olores y las caras de las familias que cultivan las rosas o jazmines".

Dice que utiliza esa fragancia pero no por contrato -"nadie va a olerme"-, sino simplemente porque se identifica con él. Marilyn Monroe respondió a la pregunta: "¿Qué se pone usted para dormir?", con una frase célebre: "Unas gotas de Chanel número 5". Bouquet sonríe: "No me pongo perfume para dormir", concluye.

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