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GENTE

Raimundo Castro

periodista, ha tenido la paciencia de perseguir a ilustres políticos de este país para convencerles de que muestren a la ciudadanía, en forma de poemas, un rinconcito de su alma turbada o sosegada. Así ha nacido el libro Políticos con verso y sin enmienda, que graciosamente se ha prestado a editar Agustín Rodríguez Sahagún, quien aporta su granito lírico por la paz. Alfonso Guerra titula su pieza poética La pequeña mesa del salón, mesa junto a la cual se detuvo una mañana "una joven delgada, bella, con el rostro iluminado por la tristeza". Modesto Fraile se preocupa por las cigüeñas de la torre de San Miguel de Cuéllar. Iñaki Anasagasti muestra su angustia porque la hierba ahoga los robles. Mario Trinidad canta al corazón áspero de Extremadura. Félix Pons, que presentará mañana el libro, escribe una Monodia sobre un acorde de Carlos Bousoño. José Federico de Carvajal, en vena lírica incontenible, se despacha con tres piezas, mientras que Javier Rupérez desempolva del cajón una prosa poética que guardaba desde 1970. La iniciativa de Raimundo ha despertado las envidias de todos los políticos que no han entrado en este volumen, que se aprestan ahora a entregarle sus originales y le animan para que comience el segundo volumen.

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