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Columna
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Continuará

En estos días de cardos y espinas laborales he empezado a leer un libro editado por Melusina, felizmente radical como todos los suyos, que tiene un título irresistible: Capitalismo Gore. Su autora, Sayak Valencia, es una licenciada de Tijuana (México), filósofa, ensayista, poeta y "exhibicionista performática", definición que he entrecomillado porque me vuelve loca. Y créanme, es bastante difícil volverme loca a mí en estos tiempos tan mediocres. Exhibir la rabia y la ira como obra de arte me parece una salida sumamente válida.

¡Capitalismo gore! Por supuesto que Valencia se centra en esa forma de neoliberalismo llevado al límite -o más bien convertido en su brazo paralelo- y cada día más en alza, que es el negocio de las vidas, el negocio de las muertes, de los asesinatos y la tortura, que tanto ha aumentado en las zonas fronterizas mexicanas. Sin embargo, al escribir, plenamente consciente y defendiendo por completo la especificidad de sus propias realidades, sin tener como referencia ni importarle un chile poblano lo que califica como la "benevolencia" de nuestro primer mundo bien pensante; al ahondar sobre ello, Sayak Valencia nos coloca ante un juego de espejos deformantes que, al serlo, explican mejor nuestras deformidades. Uno ve claramente que, en el mercado del trabajo, la generación de productos, que compete a las empresas, ha dado paso al "recorte de productores" (mutilación de empleos, reducción de ingresos, explotación).

Frente al capitalismo gore, pues, ¿cómo podríamos llamar al nuestro, origen e inspiración del otro? Lo de liberalismo salvaje se nos ha quedado corto. "Neoliberalismo salvaje en progreso desbocado" no funcionaría ni entero, ni en acrónimo, ni con las siglas. Debemos sintetizar. ¿Capitalismo negro, de terror, gótico, trágico? Elijan ustedes, inventen ustedes.

Lo que sí es seguro es que to be continued. O sea, Capitalismo Continuará.

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