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Bill Buford

Ha convertido la revista universitaria 'Granta' en la más apreciada del mundo literario anglonorteamericano

Nació hace 28 años en Louisiana (EE UU) y creció en Los Ángeles. Su padre era físico nuclear. Pero a Bill Buford le fascinaban las palabras. Estudió literatura inglesa en la universidad californiana de Berkeley. Obtuvo una beca por sus trabajos sobre sintaxis en la obra de Shakespeare. Y esto le trajo a la universidad británica de Cambridge. Aquí, Buford se aburrió como una ostra. La vida académica no le interesaba. Pero vio una posibilidad creadora. La revista estudiantil Granta (que data de 1888) agonizaba. ¿Por qué no adquirirla? ¿Cómo resucitarla?

Entonces escribió a los grandes novelistas, a las firmas célebres en Estados Unidos. Les pidió una colaboración caritativa para su publicación desfalleciente. "Mi sorpresa fue comprobar que casi todos me contestaban, y llegaron artículos de Susan Sontag, de William Gass, de Joyce Carol Oates, de Saul Bellow. Era increíble. Y así lancé un número que llamó la atención a este y al otro lado del Atlántico", recuerda ahora Bill Buford.Tan sobresaliente ha sido el éxito de Granta en los dos últimos años que la editorial británica Penguin (el gigante de los libros en el mundo anglosajón) firmó un contrato con Buford dándole carta blanca para los cuatro números anuales de Granta. "Las condiciones con Penguin son las propias de una editorial con un autor. Tratan a Granta como autor. Lo excepcional con este autor es que él hace su propia labor editorial, elige ilustraciones y selecciona textos a cambio de ceder un 7% de derechos de venta, pero con el respaldo en el mercado (lanzamiento, distribución) de una gran empresa", añade Bill Buford.

Todo se ha hecho desde una modesta habitación en un ático de la vieja ciudad universitaria de Cambridge, donde ya entran ahora los ordenadores, porque, según el editor, "recibimos 200 peticiones de suscripción diariamente y hemos lanzado una campaña dirigiéndonos a 300.000 posibles suscriptores".

Los precios que paga por artículo a sus colaboradores oscilan entre las 200 libras (42.000 pesetas) y las 2.000 libras (428.000 pesetas), suma que cobran, por ejemplo, Vargas Llosa o García Márquez. "Cuando la historia es de portada pago muy a gusto esas 2.000 libras", dice el editor.

Quiere atraer a algún español, pero está indeciso acerca de los nombres. "Nuestra línea es políticamente izquierdista, pero somos críticos de la izquierda. Lo que nos interesa es dar una visión de la izquierda nueva y atractiva. Queremos desarrollar un lenguaje para descubrir los problemas políticos que tradicionalmente ha abordado la izquierda", añade.

Quien a juicio de este dinámico editor resume fielmente estos propósitos es, dentro del ámbito que trata, el novelista indio Salman Rushdie. Pero aclara que "de ninguna forma somos una vanguardia literaria más; apuntamos hacia un mercado más amplio, y esto lo prueba ya el que nuestra tirada media sea superior a los 20.000 ejemplares, que se venden en primera edición en una semana".

Granta lleva un precio en cubierta de 3,95 libras (850 pesetas), tiene formato de libro de bolsillo, 400 páginas, una confección clásica e ilustraciones tanto fotográficas como de dibujo. La aparición de cada número arrastra la atención de la crítica especializada, y los periódicos dominicales ofrecen fuertes sumas para reproducir extractos. "Con anterioridad a la publicación de la novela Los niños de la medianoche (Rushdie) ofrecimos extractos que luego aparecieron en Prensa", explica Buford. El próximo número (enero) estará dedicado al tema monográfico de la autobiografía, "con un enfoque muy original y firmas excelentes", dice el editor, "jugando con la forma de no ficción, pero con la imaginación propia de la ficción: Doris Lessing, que odiaba a su madre, habla de eso; otros colaboradores son Cabrera Infante, Arenas, Padilla, Castro y Vargas Llosa".

Para Bill Buford, el éxito de su labor se reduce a esto: "Soy un maniaco inseguro, un neurótico ilusionado e infatigable".

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