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Columna
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Elecciones

Rosa Montero

Como nací y crecí en la dictadura de Franco, sigue emocionándome el hecho de depositar mi voto en una urna. Sé bien lo que eso significa, y los muchos siglos de lucha y de dolor que costó conseguirlo. Sin duda el sufragio universal es uno de los grandes logros de la Humanidad. Ahora bien, dicho esto, hay que reconocer que las elecciones son un auténtico pestiño. Es curioso, porque las campañas electorales se están pareciendo cada día más a los reality shows: la misma bronca grosera y permanente, los mismos temas absurdos, idéntica obsesión por la imagen y por la pura apariencia. Y así, no sólo tenemos que tragarnos las sosas entrevistas de los líderes en televisión, sino que luego además los medios se pasan días enteros dándole a la moviola y discutiendo si Zapatero o Rajoy tenían que haber llevado una corbata más clara o más oscura. Por todos los santos, ¿qué demonios tiene que ver todo eso con las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos y con el famoso logro del sufragio universal? En fin, tal y como está el patio, me temo que de aquí a las municipales vamos a tener que tragar bastante basura.

Y como muestra de lo que nos espera, por ejemplo, lo que está pasando en Altea. Resulta que tres mujeres, una de ellas llamada Carolina, han creado allí un partido político independiente, Ciudadanos por Altea, que se presentará a las próximas elecciones y que intenta luchar contra el pelotazo inmobiliario que está destrozando el litoral. Y resulta que los medios de comunicación del pueblo, la televisión Tevés Altea y el periódico Altea Diario, están financiados con recursos públicos pero manipulados por el alcalde (del PP), hasta el punto de que tanto la tele como el diario están dirigidos por la hermana del susodicho alcalde. Pues bien, tendrían que ver la zafia campaña periodística que están haciendo contra el nuevo partido, al que han cambiado el nombre y denominan el partido de ¡Qué buena estás Carolina!, probablemente creyéndose chistosos y sin darse cuenta de que ese tono grotesco y ese abusivo monopolio informativo delatan su machismo, su caciquismo, su nepotismo y un volumen de caspa ancestral exorbitante. Ya digo, es un nivel político digno de Gran Hermano.

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