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Entrevista:ÁNGEL GABILONDO | Presidente de la Conferencia de Rectores y rector de la UAM

"Hago el amor con las palabras"

Pregunta. Hace unas semanas hubo manifestación de rectores, y no fue. ¿Es un esquirol?

Respuesta. No, en modo alguno. Lo que pasa es que hay formas distintas de pelear por lo que uno cree. Defender una universidad pública de calidad es algo que yo comparto.

P. ¿Esto no es el mundo al revés? Los que solían manifestarse eran los estudiantes.

R. Éste es un asunto de toda la sociedad, no sólo de universitarios. Estamos en un momento de hacer valer algunos modelos que están cuestionados, y luchar un poco por ellos.

P.

El concepto como experiencia y sistema. ¿Se quedó calvo desde su tesis doctoral?

R. De frente despejada [ríe].

P. Luego vino El discurso en acción. Foucault y una ontología del presente. ¿Pedazo de best seller?

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R. Tampoco escribo para eso. No busco prosélitos. Me dirijo a personas mordidas por la filosofía.

P. Supongo que de pequeño leía a Parménides y a Platón en vez de al Capitán Trueno.

R. No. He leído muchos tebeos, he jugado muchísimo al fútbol, como todos los chavales. Pero he tenido también espacios de ensimismamiento, de angustia, de dudas, y no me ha pasado nada raro.

P. ¿Le pillaron copiando en algún examen o era especialmente hábil?

R. No. A mí me gustaba estudiar, pero porque tuve profesores. Con 16 años me animaron a leer El Quijote. Qué regalo de la vida, ¿no? Se aprende por contagio. Y el conocimiento hace el mundo más justo.

P. ¿Es más importante ser presidente de los rectores o hermano de Iñaki?

R. Por ser hermano de Iñaki he hecho poco. Lo que sí es más importante de todo es ser amigo de Iñaki. Y por eso sí que he hecho mucho.

P. No sé si le apasiona más la hermenéutica o su mujer.

R. No puedo comparar a las personas con las teorías filosóficas. Lo que más me apasiona es el mundo de los afectos, a veces por personas y a veces, por ideas.

P. Dice que el conocimiento produce bienestar. ¿Por eso hay tanto infeliz?

R. Pues en algún sentido, sí. Porque parece mentira, en nuestro contexto de privilegiados, que no seamos capaces de dar forma a una vida medianamente gozosa. Con la miseria, la ignorancia, el dolor, el sufrimiento, la pobreza que hay en el mundo. Me parece un defecto burgués.

P. ¿Raphael o Julio Iglesias?

R. A mí me gusta más Raphael. Pertenecen a mundos que yo no vivo. Pero hay como una connotación de unos entornos de amistad que a mí me dicen un poco más.

P. ¿Tiene vicios?

R. Espero que sí. Tengo una pasión un poco enfermiza por la palabra. A veces tengo dolores de palabra. A veces hay una palabra por la que no duermo.

P. Le duele la palabra.

R. Sí. Yo creo que a veces hago el amor con las palabras, y, por eso, me parece que soy un poco vicioso con ellas.

P. ¿Y las deja satisfechas?

R. No, me imagino que no. Yo creo que los hombres deberíamos procurar más placer a los demás.

P. ¿Cree que si uno es metafísico debe hacérselo mirar?

R. Lo que creo es que si uno va de metafísico por la vida sí tiene que hacérselo mirar. Yo soy profesor de metafísica, pero no estoy muy seguro de ser metafísico.

P. ¿Y qué le dice su terapeuta sobre el tema?

R. Que hacen falta muchas ideas, mucho pensamiento para que la acción sea la adecuada.

P. ¿Usted es todo libro y pensamiento?

R. No, qué va. Soy una persona muy poco intelectual. Creo que el pensar, el cultivar la palabra, forman parte de la manera natural que yo tengo de vivir. Me gustan las travesuras del juego de la conversación.

P. ¿Qué se perdió el balompié cuando dejó de ser defensa del Lengokoak?

R. Poca cosa. Pero yo sí me perdí mucho, porque jugar con otros, en equipo, es maravilloso.

P. Creo que su lema es: "Donde esté lo bueno, que se quite lo malo". ¿Algún parentesco con Perogrullo?

R. No es una perogrullada. Es determinante elegir. A mí me dan igual muy pocas cosas. Hay que preferir lo mejor.

P. ¿Hace algo normalito?

R. Voy al cine, me gusta la cocina. Y me gusta planchar más de lo que le gusta a la mayoría de la gente. Plancho más que otra gente. Soy un hombre extraordinario desde ese punto de vista. Desde el punto de vista de planchar.

P. Para tenerle en casa, no sé. Pero para que vaya los jueves a planchar...

R. Pues es probable que sí. Que para tenerme en casa sea un ser insoportable. Pero yo plancho.

P. ¿Cómo empezaría una conferencia sobre la levedad del ser?

R. Dando muchas gracias a los asistentes, y sorprendido de que asistieran.

Ángel Gabilondo, en un momento de la entrevista.
Ángel Gabilondo, en un momento de la entrevista.ÁLVARO GARCÍA

Perfil

Con 59 años ydo y reflexivo, con cierto toque machadiano, que dice disfrutar con cosas sencillas, como ver jugar al fútbol a su hijo o comer, beber y conversar con amigos. Cuenta que le gusta que le guste algo: ir paseando "y que me seduzca una corbata o un libro". Se confiesa exigente hasta para quejarse, y considera que su posible toque presumido es una debilidad afectiva.

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