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Los asesinos de John Kennedy y de Martin Luther King no actuaron solos

Los asesinatos del presidente John Kennedy y del reverendo Martin Luther King fueron «probablemente» el resultado de sendas conspiraciones, según indica un informe del Congreso norteamericano que se hará público hoy, y donde se atribuye la preparación del atentado de Dallas a miembros de la mafia y la muerte del líder negro de los derechos civiles a varios hombres de negocios de ideología ultraderechista. Desde Nueva York informa Juan González Yuste.

Después de dos años y medio de investigaciones, el comité especial de la Cámara de Representantes publicará hoy el informe sobre los dos asesinatos, que ocupa veintisiete volúmenes. Las conclusiones principales del informe habían sido adelantadas parcialmente en diciembre del año pasado y se dieron a conocer ayer.El comité está de acuerdo en que Lee Harvey Oswald asesinó al presidente Kennedy el 22 de noviembre de 1963 y en que James Earl Ray mató al reverendo King el 4 de abril de 1968, pero sus tesis tienen poco más que ver con las de la célebre comisión Warren o con los resultados de la investigación del FBI sobre el asesinato de Martin Luther King.

Aunque el comité del Congreso elimina cualquier sospecha de que la CIA y la FBI estuviesen implicados en los asesinatos de Kennedy y King, el informe critica a la policía federal por la forma en que persiguió al líder de los derechos civiles y por «crear un clima» que llevó al asesinato cometido por James Earl Ray en Memphis. El comité critica con dureza a la comisión Warren y a la FBI por concentrar sus investigaciones en demostrar que los asesinos del presidente y del dirigente negro actuaron solos.

La Vieja tesis de que existió un segundo tirador en la plaza Dealey, de Dallas, donde se cometió el magnicidio de Kennedy, fue aceptada por el comité del Congreso, que tiene pruebas acústicas de que fueron cuatro, y no tres, los disparos efectuados contra la caravana presidencial. Lee Harvey Oswald disparó tres veces desde la biblioteca y uno de sus disparos mató al presidente Kennedy e hirió al gobernador de Tejas, John Connally, piro un segundo tirador disparó desde una loma cercana.

Varios testigos oyeron el disparo e incluso vieron un penacho de humo en una loma cubierta por césped, a un lado de la plaza Dealey. Pero, además, una grabación de la radio de la policía, tomada el día del magnicidio, permite oír cuatro tiros. Un equipo de expertos en acústica examinó la cinta magnetofónica y se realizó un simulacro del asesinato, que confirmó la teoría de los cuatro disparos y, por tanto, del segundo asesino.

Lee Harvey Oswald tuvo numerosas conexiones con Carlos Marcello, un conocido padrino de la mafia de Nueva Orleáns, según señala el comité del Congreso, contradiciendo de nuevo los hallazgos de la Comisión Warren. Pero también el asesino de Oswald, Jack Ruby, estaba muy vinculado al sindicato del crimen y, concretamente, a Sam Giancana, el jefe de la mafia de Chicago, que fue asesinado después. Otras pistas llevan a Santos Trafficante, padrino de la organización en Tampa (Florida). Tanto Marcello como Trafficante han negado cualquier implicación en el magnicidio de Dallas.

Según el comité parlamentario, los jefes del crimen organizado habían amenazado en varias ocasiones tanto al presidente Kennedy como a su hermano Robert, a la sazón ministro de Justicia, que desarrollaba una campaña contra la mafia. Robert Kennedy fue asesinado en 1968, pero el comité del Congreso no investigó este crimen.

En cuanto a la muerte de King, el comité investigador señala que varios hombres de negocios de Saint Louis (Missouri) ofrecieron 50.000 dólares a James Earl Ray y que éste mató al líder negro por dinero exclusivamente y no por odio racial.

Dos de los presuntos implicados en la conspiración contra el pastor protestante, John Sutherland y John Kauffmann, murieron, respectívamente, en 1970 y 1974, antes de que el comité tuviera noticia de su posible participación.

El comité investigador de la Cámara de Representantes se creó en 1977 para analizar los asesinatos de Kennedy y King ante la completa desconfianza de la opinión pública frente a las versiones oficiales. Tras gastar más de cinco millones de dólares en sus investigaciones, el comité quedó sin fondos y fue disuelto en enero.

Pero los investigadores del Congreso solicitan en el informe que el Departamento de Justicia y la policía federal reabran los casos de Kennedy y King, hasta llegar a la solución definitiva de los mismos. Hasta el momento no hay indicaciones de que vayan a reanudarse las investigaciones y fuentes cercanas al Departamento de Justicia señalaban ayer que sería necesaria una orden expresa del Congreso.

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