Laicidad
Tiempos estos en que parece una utopía que la asociación Escuela Laica -quien quiera apuntarse: www.escuelalaica.com- reclame, ante el inicio de las matriculaciones del nuevo curso, que no se imparta la enseñanza de ninguna religión en las escuelas públicas y subvencionadas. Tiempos duros en que, con una Constitución como la nuestra, que garantiza un Estado aconfesional, clamamos por lo obvio.
Y ya, poniéndonos más utópicos si cabe, deberíamos exigir que el espíritu de la laicidad impregne las escuelas. ¿Qué es la laicidad, nuestra herencia tardía del Siglo de las Luces? Propongo una definición del maestro politólogo libanés Georges Corm (en su conferencia "Globalización y comunitarización del mundo: ¿Cuál es el futuro de la laicidad", 2006), pues no encuentro palabras que la definan mejor para el momento actual: "La laicidad debe librarse del corsé de la especificidad que ha caracterizado su emergencia histórica, es decir, la rivalidad de dos poderes, temporal y espiritual (...). Debe elevarse al nivel más superior de la filosofía universalista y humanista de la que surgió, y afirmarse de nuevo como el pilar fundamental de una práctica de esencia democrática (...). Una laicidad bien entendida es, ante todo, una doctrina de concordia civil en el interior de los Estados, así como en las relaciones interestatales; es también una doctrina que protege al individuo de la dictadura del conformismo y de las presiones psicológicas que pueden ejercer sobre él los notables y dirigentes de su comunidad religiosa o étnica; es además una doctrina destinada a preservar la integridad de la religión y de los valores espirituales, resguardándolos de las manipulaciones de los políticos en la competición por el poder, al tiempo que preserva la integridad del Estado de las manipulaciones de los religiosos".
No se me ocurre nada que añadir a esta parrafada. Salvo que somos pocos, y utópicos estamos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Eurostar suspende sus servicios en el túnel del canal de la Mancha por un problema eléctrico
Francisco Fernández Marugán, el hombre de Estado que siempre estuvo allí
Dabiz Muñoz vuelve a meterse en el vestido de las Campanadas de Cristina Pedroche: “No te pido que me superes, al menos iguálame”
El cirujano acusado de violar a una paciente en Murcia alegó que llevaba mucha ropa y que se mueve por sus problemas de circulación
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- Rusia amenaza con romper las negociaciones tras acusar a Ucrania de atacar una residencia de Putin
- Estados Unidos usó drones de la CIA para golpear un puerto de Venezuela ligado al narcotráfico
- Alain Aspect, Nobel de Física: “Einstein era tan inteligente que habría tenido que reconocer el entrelazamiento cuántico”
- Robles exige a Feijóo que pida disculpas por decir que el Ejército no acudió en ayuda de las víctimas de la dana




























































