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Victorino Martín

La leyenda de unos toros como catedrales

J. V. Es el ganadero más popular, el que, de unos años a esta parte, cierra la Feria de San Isidro Como ayer. Su nombre es Victorino Martín, pero le llaman El Vitorino, como en su pueblo, y le gusta. Entre otras razones, por que forma parte del negocio. S alguna revolución hubo durante los últimos años en el monolítico mundo taurino, ésa es la re volución Vitorino, que ha trans mutado el concepto del toro co mercial, del ganadero señorito.

Si el toro comercial tenía qu ser blando, Vitorino le saca ma yor rentabilidad al duro. Si ha bía un respeto reverencial por el ganadero de rancio abolengo, él ha logrado el mismo respeto presumiendo de paleto. Victorino Martín es un paleto a la pata la llana, que posee el secreto de la crianza del toro bravo y vista de lince para venderlo.Vitorino tenía carnicería y terrenillos en Galapagar, compró una ganadería a la baja, seleccionó seis toros como seis catedrales, y cuando en Madrid andaban disputándose El Cordobés y Palomo Linares unos burelillos insignificantes ante el escándalo de la afición, llegó y dijo que ahí están esos seis toros para que se pongan de acuerdo y los toreen, si se atreven. No se atrevieron, naturalmente; los lidiaron otros, la corrida causó sensación y nació entonces la leyenda de los vitorinos.

Sólo le faltaba a Vitorino salir en las revistas del corazón, y a punto está, pues tiene novia, mientras la legítima hace declaraciones a la Prensa. Él este tipo de popularidad no lo quiere, ni lo necesita, porque es hombre de costumbres sencillas, que va a lo suyo, y lo suyo consiste en lidiar los mejores toros, venderlos más caros que nadie, sacarle el jugo a la vida.

Vitorino lo mismo alterna con un marqués que con un quincallero, y tanto se le da dictar una conferencia en el Ateneo que arrear ganado por la dehesa extremeña de Monteviejo, pues en ambos sitios es una autoridad. Le basta con decirles a los hombres las verdades y a los toros "regurregurregu". Unos y otros le entienden.

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