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El Hajd Amadou Ndoye

Profesor de español en la universidad senegalesa de Dakar desde hace 10 años

El Hajd Amadou Ndoye, senegalés, de 38 años, imparte clases de español en la universidad de Dakar desde 1975, el mismo año en que pisó por vez primera suelo hispano. "Conocía España por los libros, y cuando la descubrí ante mis ojos, me llamó la atención la influencia americana", señala. Se doctoró en el idioma en el que instruye a sus paisanos con becas de su país y de Francia, adonde viajó para concluir sus estudios universitarios al estallar las convulsiones sociales que desencadenaron, en 1969, la independencia de Senegal

El 1% de los seis millones de habitantes de Senegal tiene algún conocimiento de castellano, que es el tercer idioma del país, tras el francés y el inglés. Los escolares de secundaria estudian entre los 15 y 20 años la lengua de Cervantes durante tres horas a la semana. Los últimos datos estadísticos, de 1983, revelan que unos 20.000 niños optaron por el español a su paso por los liceos (institutos).En la universidad de Dakar existe una sección de español, a la que pertenece Amadou Ndoye, que está integrada en el departamento de lengua y civilizaciones románicas. Sin embargo, el profesor senegalés no es optimista sobre el futuro del español en el África subsahariana (Camerún, Costa de Marfil, Gabón, Senegal y Zaire).

De su participación en unas jornadas sobre las relaciones canario-africanas, organizadas en Tenerife por la Caja General de Ahorros de Canarias, la universidad de La Laguna y la Asociación Española de Africanistas, se desprende que no está el panorama como para lanzar las campanas al vuelo. "La demanda de los estudios de español comienza a disminuir y España no muestra gran interés por evitarlo con sus propios medios", afirma Amadou Ndoye. Los senegaleses desisten de estudiar este idioma porque son conscientes de que les aguarda el paro. "Hemos propuesto que el español tenga salidas en sectores como el turismo y el comercio, y en este empeño España podría colaborar" agrega.

"Conocemos España por las novelas", declara Amadou Ndoye. En sus cursos universitarios analiza monográficamente autores hispanos, como Juan Valera (Juanita la Larga) y Emilia Pardo Bazán (Los pazos de Ulloa). El próximo año se ocupará de la obra de Benito Pérez Galdós Tormento.

En su opinión, resultan a todas luces insuficientes las 15 becas anuales que concede el Gobierno español para que profesores y autores de tesinas senegaleses visiten España. Para este hombre de color, el mayor de 20 hermanos, que ha de compartir su sueldo de 100.000 pesetas, con sus parientes más cercanos, "por un concepto de solidaridad", la solución reside "en dejar a un lado la retórica y hacer realidad una política de intercambios". Entre tanto, el español seguirá sonando en la salsa cubana que ameniza los bailes en Senegal o en noticias como las acciones terroristas de ETA o la visita de Reagan a España, que son capaces de romper el ostracismo informativo sobre asuntos hispanos de la televisión senegalesa.

Amadou Ndoye, que parece haber heredado la vena poética del ex presidente de su país Leopoldo Sedar Senghor, una figura intelectual universal, confía en publicar en España algunos de sus ensayos críticos sobre Octavio Paz o Cortázar "Las publicaciones bilingües en Senegal de poetas canarios como Saulo Torón han sido un primer paso", afirma.

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