Secretos

El sábado pasado, en el estupendo programa El conciertazo de La 2, ese clásico de la música clásica que es Fernando Argenta cogió a un grupo de niños y preguntó a los chicos si sabían qué secretos guardaban las chicas, y viceversa. Y ambos sexos se acusaron mutuamente de tener novio o novia y ocultarlo. Cáspita, pensé, ¿incluso a los 10 años ya estamos en ésas? ¿El único secreto que suponen al otro, o el único que les importa, es si tienen un amor de tapadillo? Y este interés, ¿será algo natural, o será un contagio del frenesí sensacionalista y los tomates varios? Porque el secreto sentimental parece haberse convertido en el único existente en este país, como si la realidad no estuviera llena de ocultaciones de mucha más enjundia, de contabilidades paralelas, de sobornos y fraudes, de susurros cómplices y mentiras públicas.
Claro que los verdaderos secretos son justamente los que jamás afloran. Y aún peor con 10 años. A esa edad casi todo es secreto porque es indecible: en la niñez carecemos de palabras para nombrarnos. Por eso es tan difícil perseguir el abuso infantil: el maltrato de los compañeros de clase, o el callado horror de una familia feroz. Leí en EL PAÍS que en España hay cerca de 20.000 menores que son explotados en la prostitución, el robo y la mendicidad. Y, por otro lado, nuestra tasa de abuso sexual infantil, que es parecida a la de otros países occidentales (lo cual no alivia nada), se eleva a la pavorosa cifra del 18,9%: un 15,2% en niños y 22,5% en niñas. Casi una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños. Recuérdenlo la próxima vez que vean chicos juntos, en un autobús escolar o en el patio de un colegio: miren y echen cuentas. ¿Por qué el abuso infantil no es un tema tan prioritario como el de la violencia de género? Urge romper y aliviar los terribles secretos de la infancia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
La Justicia de Estados Unidos sentencia al Guacho, yerno del Mencho, a 11 años de prisión
El Rayo celebra con un festín de goles ante el Drita su pase a octavos de la Conference
Finabien Paisano: las claves del programa dirigido a migrantes que envían remesas
El Valencia Basket, muy incómodo en Israel, cede ante el Maccabi
Lo más visto
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- La asociación mayoritaria de guardias civiles no está de acuerdo con la DGT en sustituir los triángulos por la baliza V16




























































