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Reportaje:

Turismo 'mariñeiro' como alternativa

Un pequeño pueblo gallego lucha por su futuro en su costa y en Internet

Carnota es un municipio de 5.500 habitantes que viven de las tareas agrícolas y la pesca. Presumen de tener la playa y los dos hórreos más grandes de Galicia. Está en la comarca coruñesa de Muros, al oeste del cabo Finisterre, donde acaba el mundo, y aquí, en el llamado mar de Lira, empieza la costa de la Muerte, tristemente célebre por los naufragios que ha vivido tan de cerca.

Su parroquia marítima más importante es Lira, y su puerto pesquero, Portocubelo, donde un 35% de sus 1.057 habitantes vive del mar, que aquí es muy bello y muy bravío. Pescan pulpo, centollas y percebes con 35 pequeñas embarcaciones. Desde que el desastre del Prestige hiciera disminuir hasta un 35% las capturas de pulpo, la cofradía y las tabernas del puerto han sido un foro de debates populares sobre cómo afrontar la situación. Por fin, en julio de 2004, los 110 pescadores y mariscadores de la cofradía votaron casi por unanimidad (sólo hubo una abstención y ningún voto en contra) proponer a la Xunta la creación de una reserva marina de interés pesquero de mil hectáreas donde se prohíba la pesca para que las criaturas marinas críen en libertad.

En el Manifiesto de Lira se reivindica la utilización racional de los recursos pesqueros y dignificar al pescador

Es la primera vez en España que los pescadores toman la iniciativa antes que la Administración o los ecologistas para salvar su medio de vida, dependiente del buen funcionamiento de la naturaleza y sus ciclos reproductores. En palabras de un pescador del pueblo, "esta reserva va a ser un pulmón para el mar y para nosotros". Porque desde hace años la gente joven no quiere dedicarse a las tareas del mar, ya que, además de ser muy sacrificadas, al disminuir la pesca cada vez se gana menos. También ha calado la idea entre los pescadores de que tienen el deber de transmitir a sus hijos un mar al menos tan rico como el que ellos heredaron.

Emilio Louro, Milucho, presidente de la cofradía, resalta que el proyecto de la reserva biológica va unido al económico de la comercialización y al social, para lograr fijar población y evitar la emigración.

La asociación cultural Canle (Canal), que organiza desde hace seis años, al calor del solsticio de verano y de las hogueras y sardiñadas de San Juan, unas Jornadas Internacionales de Cultura Tradicional, ha sido la impulsora de cultura y buenas ideas que aúnan lo tradicional con lo moderno.

Ya en 2003, la cofradía de Lira firmó con la Consejería de Pesca un plan que fue el primero firmado en Galicia. Así, se creó la empresa Lonxanet Directo, SL, que coloca el producto en cualquier lugar de España en menos de 24 horas.

Otras de las actividades pioneras es el Proyecto Mar de Lira (www.mardelira.net). Incluye el llamado Taller de Pesca, que está dirigido a escolares para que vean, toquen y usen los artefactos pesqueros, explicados por los marineros. Están reunidos en la chabola de Pepe do Cuco, que se sigue llamando así, y no museo de la pesca.

Otro programa se llama turismo mariñeiro (981 76 12 52, 45 euros por persona; 160 euros, cuatro personas) y ya ha logrado que 113 turistas se embarquen en un pesquero para vivir en directo la vida del marinero, de 7.00 a 14.30, faenando con las nasas de pulpo. Está también en proyecto que una lancha de la cofradía lleve cada día al mar a pescadores deportivos de caña para capturar lubinas, sargos y otras especies de calidad no pescadas por los marineros profesionales.

Pero, además de la defensa de sus recursos naturales locales, los pescadores de Lira han sido pioneros en asociarse, a través de Internet, con sus colegas de la isla canaria de El Hierro y con los de Puerto Madryn (Argentina) y La Rocha (Uruguay). Todos juntos, reunidos en Lira el 18 de noviembre de 2004, firmaron el Manifiesto de Lira y constituyeron la Red de Comunidades pesqueras artesanales por el desarrollo sostenible (Recopades). En el manifiesto se reivindica la utilización racional de los recursos pesqueros y la dignificación de la profesión de pescador.

Un turista observa cómo un marinero maneja las nasas donde quedan atrapados los pulpos.
Un turista observa cómo un marinero maneja las nasas donde quedan atrapados los pulpos.ANTONIO AYUT

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