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Vartan Manoogian

La investigación pedagógica en torno al violín

Nació en Bagdad (Irak) hace 52 años tras la huida de sus padres, armenios, de Turquía. Violinista entusiasmado con la investigación pedagógica, es profesor en la escuela de música de la universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, labor que compagina con su participación en cuartetos de cuerda. Vartan Manoogian, de voz quebrada y conversación entrañable, transmite una tremenda ilusión por lo que hace. Invitado por la Fundación Banco Exterior para impartir unas clases magistrales en Madrid, Manoogian hizo ayer un paréntesis en la pedagogía para ofrecer un recital de violín.

A los 17 años, mientras Vartan Manoogian asistía con regularidad al Instituto de Artes de Bagdad, donde estudiaba violín, y por recomendación de uno de sus profesores, le surgió la idea de trasladarse a París para perfeccionar sus conocimientos. "Era la primera vez que salía de casa. Fue un auténtico choque cultural". Dos años después contrajo una tuberculosis, que le obligó a estar internado durante tres años en un sanatorio de Grenoble, sometido a reposo y a varias operaciones. No pudo tocar el violín, pero dice que "fue un período fundamental de mi desarrollo mental e intelectual. Medité mucho sobre la vida y sus fundamentos". Volvió a París y sólo un año después obtuvo el primer premio en la graduación del conservatorio. Tenía 24 años.De su estancia en Suiza, en la Orquesta de Cámara de Lausanne y, posteriormente, en la Orquesta de la Suisse Romande, guarda un grato recuerdo de las enseñanzas del ya fallecido director Ernest Ansermet. "Me hizo amar la música española. Yo, al principio, tocaba a Granados como con aire de flamenco. Ansermet me recriminaba. 'Pero ¿qué estás haciendo?. Granados es sensible, delicado. Tenía una fuerza contagiosa, un carácter duro. Toda mi educación musical se la debo a él. ¡Cómo dirigía a Falla, Debussy, Ravel, Stravinski o Bartok!".

Posteriormente se trasladó a Estados Unidos para estudiar al lado de Ivan Galamian, y allí conoció a su mujer, una diseñadora artística berlinesa.

Su pasión por la investigación pedagógica le ha llevado a estudiar a William Henley, violinista, compositor y escritor inglés, al que considera "el primer pedagogo del siglo XX en la enseñanza del violín". "Fue un descubrimiento casual, hojeando libros en los puestos callejeros de París, entre el bulevar de Saint Michel y Notre Dame". Años después encontraría manuscritos, nunca abiertos, en el British Museum de Londres. Actualmente trata de averiguar quién fue el donante e indaga en los archivos de la BBC sobre posibles grabaciones.

Disfruta también con el jazz y ha realizado giras por Chicago, Minneapolis o Nueva York interpretando dúos de violín y saxofón con Roscoe Mitchell. En realidad, Vartan Manoogian, delgado, desgarbado, tranquilo y sonriente, disfruta con todo. Le gusta la lectura, la pintura, la fotografía. Y sobre todo, la enseñanza. "Prefiero tocar menos y mostrar mi experiencia a la gente joven. En las orquestas se interpreta lo que quiere -y de la forma que quiere- el director. Yo me siento más a gusto en los grupos de cámara porque es más educativo", dice convencido.

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