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Entrevista:DESAYUNO CON... DANIEL DIVINSKY

"Mi curiosidad es superior a mi profundidad"

Juan Cruz

Daniel Divinsky es el editor de Mafalda, por ejemplo; gracias a Quino, su creador, se salvó mientras estuvo en la cárcel argentina y también cuando se fue de exilio forzoso a Venezuela, con su mujer. Mientras duró el exilio, nueve años, su editorial, Ediciones de La Flor, estuvo a cargo de su suegra, que se dedicaba a comercializar productos para farmacia, pero fue capaz de cumplir con los requisitos de un editor como si hiciera alta costura.

Por eso, porque le ayudó, a Quino lo invitaría a comer siempre. "Lo que tiene que hacer un editor es estar dispuesto a comer de todo con su autor". Él lo hace, encantado; lo hace con Quino, lo hizo con Roberto Fontanarrosa, que le fue igual de fiel, "y que nunca escucharon los cantos de sirena de los grandes grupos". Y lo hizo con Rodolfo Walsh, el otro puntal fiel de su catálogo, asesinado por la Junta Militar poco después de que el escritor de Operación Masacre le escribiera a Videla una carta demoledora sobre los asesinatos masivos.

El editor argentino ha recopilado los últimos textos de Rodolfo Walsh

Divinsky fue a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México, con el último libro con textos de Walsh, una recopilación de su obra periodística, que tiene como epílogo esa carta escalofriante.

Sus autores no le son fieles sólo porque les trata con gusto, sino porque es simpatiquísimo. "Hay de todo, pero de todos soy amigo. ¿Que tienen mucho ego? ¡Y los editores también!". No los llama a engaño. "Les digo: si quieres ganar dinero, vete con otro, porque a lo mejor no vendemos sino 500 ejemplares. Pero si te quieres arriesgar conmigo, acá estoy. Y si eligen el riesgo, firmamos el contrato".

Proviene de Odesa, de exiliados rusos, que además se exiliaron dos veces; quisieron que fuera abogado, "el Derecho era un sumidero para los que no sabíamos qué hacer", pero ahí descubrió su vocación editorial; editó revistas en las que publicaba los textos de sus profesores, y al tiempo leyó como un poseso. "A Verne, a Monteiro Lobato". ¿A Monteiro Lobato? "Sí, un tipo olvidado que en 1932 publicó una novela profética, El presidente negro, en la que se disputaban la presidencia de Estados Unidos un negro y una mujer". Y siguió leyendo, a los suyos, por ejemplo, a Julio Cortázar, a Jorge Luis Borges, a Ernesto Sábato, que fueron, además, los autores a los que seleccionó para el primer libro de Ediciones de La Flor... Quiso poner una librería, pero no alcanzó ni 300 dólares de capital, y ya tenía dentro el veneno de editar... De eso hace 42 años; la interrupción venezolana le enseñó "a vivir como se hace en Venezuela: no hacer las cosas, sino hacerlas con calma". Al exilio llevó la edición de un libro infantil que se titulaba Cinco dedos; con cinco dedos se puede hacer un puño, y la Junta Militar supuso que el símbolo iba contra ellos.

"El oficio de editor es el de un exhibicionista: ¡Mira qué libro he descubierto! En mi caso, además, el oficio es producto de que mi curiosidad es superior a mi profundidad. Soy curioso, descubro, y abro el armario: ¡ahí tienen lo que he descubierto!".

Y luego invita a comer a los autores. "¿Qué como? Con los autores de todo, y yo como de todos, desde caimán en Cuba a canguro en Barcelona. Lo que sea". Así que desayunar en este hotel fue para él como ayunar.

Divinsky está dispuesto a comer de todo con sus autores.
Divinsky está dispuesto a comer de todo con sus autores.VASCO SZINETAR

Hotel Hilton Guadalajara (México)

- Papaya

- Capuchino

- Cruasanes

- Total: 190 pesos

(10,98 euros)

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